Cocidito madrileño con espías y CajaMadrid.

Compañeros de la blogosfera se han ocupado con calidad y ahínco de la comedieta de espionaje de la Comunidad de Madrid. Algunos de los escritos que les recomiendo son “Espe, Mariano y Gallardón a navajazos: ¡cómo mola!”, de Rafa GAlmazan (Kavila), “La trama del espionaje de la Comunidad de Madrid y el tamayazo” de Javier Caso Iglesias, y de Gregorio Gordo, “…Y mientras 300 parados más cada día”

Pero también en La Vanguardia –de la pluma de Enric Juliana– se ocupan del tema con todo el sabor de un cocidito bien sazonado. Este periodista nos recordaba un día que ya Vázquez Montalbán presagió que en esta España autonómica que no sabe serlo acabaríamos viendo espías intra-comunitarios… Y ya los hubo, con avionetas-espia de dibujos animados, por mor de los caudales y los riegos. Pero ahora estamos en una “fase obscena” que devuelve los hedores del tamayazo a primer plano. En palabras de Juliana: “El Gran Madrid cruje. Sufren sus cuadernas y el entero costillar. La crisis financiero-inmobiliaria ha desbaratado el palco del Bernabeu, hasta ayer lonja suculenta y taller de ensamblaje de las más poderosas alianzas; hasta ayer, el principal mercado de futuros de las Españas. Quien no pasaba por el palco del Bernabeu no mojaba, ni en las grandes recalificaciones mesetarias, ni en las más espectaculares contratas, ni en los repartos del mercado eléctrico. La crisis del Real Madrid es la metáfora perfecta de la confusión que los dioses han sembrado en la España del ladrillo.

Gravemente endeudados, Ayuntamiento y Comunidad han de redefinir estrategias y fuentes de financiación. Hay un problema de orientación y discurso. Sufren los servicios públicos (sanidad y enseñanza, principalmente), se han acabado las obras faraónicas (la urbanización del eje Prado-Recoletos se hará con el dinero que el Estado entrega a los municipios para paliar el paro), y parece extinguida la era de los grandes eventos (los Juegos Olímpicos de 2016 pueden ir a Estados Unidos, de la mano de Barack Obama, que hará lo posible para beneficiar a la ciudad de Chicago, su cuna política). El horizonte es de vacas flacas, razón por la cual Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón luchan a brazo partido por el control de Caja Madrid, muy pendientes ambos de un posible tropiezo de Mariano Rajoy en las elecciones de Galicia y el País Vasco el próximo 1 de marzo.

Todos contra todos. Intriga y enredo. Espías y mamporreros a tanto la pieza. Los hombres de Paco (Granados, consejero de Interior de la Comunidad) y quizá alguien más. Gallardón asiste al combate, táctico y cauto; Aguirre, desbocada y seguramente muy mal aconsejada. Cabildeo de los sindicatos cerca del puchero de la segunda caja de ahorros de España. Y el PSOE, mariposeando a ver qué cae. (No hay marrón en el que no esté la Federación Socialista Madrileña, legendario desastre de la nación española).”

Y sobre CajaMadrid y Aguirre/Blesa, releean, por favor, el bloc de Don Ricardo.