Martin Andelman escribió esta carta a Barack Obama, la noche del 2 de enero, cuando no podía dormir. Seguramente parecerá muy ingenua a los lectores occidentales, pero difundo esta traducción libre porque al leer el texto he pensado que de un modo parecido debían sentirse los habitantes de todos los imperios cuando se desmoronaban. Ahora parece imposible que Andelman creyera hace sólo tres años en lo que confiesa haber dejado de confiar, pero lo cierto es que Barack Obama fue -quizás- el último gran espejismo de masas por lo que a la política institucional se refiere. Y los candidatos republicanos que destacan en la carrera a la Presidencia sólo auguran peores desastres, desigualdades y sufrimientos. La salida del laberinto, como no se cansa de repetir mi amigo el doctor Antoni Barbarà, es por arriba. Pero mientras no se pongan en pie y miren a otros horizontes, este es el triste panorama de la angustia que viven (vivimos) cotidianamente. La carta en inglés, y en su versión íntegra, se ha publicado en RSN.
¿Qué vamos a decirles a nuestros hijos, señor Presidente?
Son las cuatro de la madrugada y no puedo dormir …
He comido con mi hija de 15 años de edad, que celebra el baile de graduación de su instituto este fin de semana. Había pensado ir junto con otros 12 compañeros, en una limusina, a cenar y luego al baile. Habían estado hablando entre ellos sobre si se lo podían permitir o no, y mi esposa y yo decidimos ayudarles… Pero no se trata de eso. Durante el almuerzo me dijo: “Tal vez unos años atrás, cuando la gente tenía dinero …” y me entristeció darme cuenta de que ellos saben … que ven y oyen lo que está pasando en este país … ven a la gente, incluyéndome a mí, trabajar más y más preocupado. Esto ya les afecta. Y el resto de su vida van a sentir lo mismo.
Voy a votar por el Presidente Obama en el 2012 … otra vez. Voy a hacerlo porque no veo ninguna alternativa viable. Y rogaré por todos nosotros.
Pero, ¿qué les vamos a decir a nuestros hijos, señor presidente?
¿Vamos a decirles cómo entró en la Casa Blanca, envuelto en un mensaje de esperanza y cambio, prometiendo transparencia, diciendo que era uno de nosotros … y que luchó sin descanso para ayudar a la gente de este país? ¿O debemos decir la verdad, señor Presidente?
¿Cómo pudo dar la espalda a la clase obrera en este país, para favorecer a los banqueros? ¿Cómo decidió que un proyecto de ley mediocre de atención sanitaria era prioritario cuando más de 20 millones de estadounidenses perdían sus hogares? ¿Cuántos votantes llegaron a enfadarse tanto con su administración que perdió el control del Congreso después de sólo dos años de mandato, y ahora estamos en punto muerto y nos enfrentamos a la nada como resultado? ¿Qué vamos a decir a los niños acerca de cómo sus decisiones afectaron a este país, señor Presidente?
¿Debemos decirles que las cosas son justas en este país, que somos una nación de leyes y que todos somos iguales ante los ojos de la Ley? ¿Es cierto todavía algo de eso, señor presidente? ¿Qué hay que decirles acerca de los Padres Fundadores de nuestra nación y cómo creían en una demcocracia representativa, en una república en la que nuestros representantes electos representaran realmente la voluntad del pueblo? ¿Cómo podemos enseñar sus ideales y afirmar que se hicieron realidad, señor presidente?
¿Debemos decirles que somos una nación, un pueblo, indivisible, con libertad y justicia para todos? ¿Que la unión hace la fuerza y divididos nos vencen? ¿Que nunca dejamos atrás a ningún estadounidense, que nos preocupamos por los pobres como nos preocupamos por los ricos? ¿Cómo podemos decirles estas cosas, señor Presidente? Es esto lo que usted y su esposa están diciendo a sus hijos, señor?
¿Qué debemos decirles sobre el futuro de este país? Que la gente de la clase trabajadora de este país se volvió del todo irresponsable, al mismo tiempo, fue a comprar casas que no podían pagar, y ahora merecen perderlas más de 20 millones de estadounidenses, y que una vez no tengan techo, nuestra economía irá mejor? ¿Es eso lo que habría que decirles, señor Presidente?
Pero es que todo esto es basura, señor, y yo no miento a mi hija … nunca. Por lo tanto, creo que prefiero decirle la verdad sobre lo que ha pasado, señor Presidente. Que un pequeño grupo de banqueros ricos violaron las leyes, abusaron de nuestro sistema financiero, causando el dolor y el sufrimiento incalculables que ven a su alrededor … que nuestro gobierno es inepto … que miraba hacia otro lado porque no tenía ningún punto de contacto con la forma en que el mundo realmente funciona … Que no podemos confiar en ellos, ya que les influirán los adinerados grupos de presión que imponen los puntos de vista de un pequeño sector sobre las necesidades de la nación. Que no podemos confiar en los políticos cuando prometen cosas para salir elegidos…Al igual que usted, señor … no se puede confiar en gente como usted, señor Presidente.
¿Vamos a decirles que esta es la tierra de las oportunidades, y que nos esforzamos para que esas oportunidades fueran tan iguales como sea posible? ¿Que delinquir no recompensa, y que se pueden llegar a ser lo que se propongan porque son ciudadanos de este gran país? Porque eso es lo que me dijeron cuando era niño, y me lo he creído toda mi vida, señor. Pero se acabó, señor Presidente, ya no me lo creo … y no por lo que nuestro último presidente hizo o dejó de hacer, sino por lo que usted pudo haber hecho, y no hizo. (…)
No he perdido una casa, señor Presidente. No he perdido ni siquiera mi trabajo. Y sí, mi hija y sus amigos irán en limusina a su baile de graduación… (…) Sin embargo, debido a sus políticas también sé que nadie en este país puede sentirse económicamente seguro, y que nadie estará a salvo durante mucho tiempo, mucho tiempo. Millones de personas sufren de una manera que no debería ser posible en este país. Y eso es culpa suya, señor Presidente, no del presidente Bush, ni a nadie antes que él. Se le dio la responsabilidad a usted: era su vez… pero miró hacia otro lado.
¿Qué les decimos a nuestros hijos acerca de eso, señor? ¿Que usted dijo que usted era un hombre del pueblo cuando viajaba por Iowa? ¿Cree usted que la gente de Iowa sabía lo que haría una vez en el cargo, señor Presidente?
¿Qué le vamos a decir a los niños, señor Presidente? ¿Cómo podemos decirles la verdad? ¿Cómo podemos decirles que hemos perdido la fe en los Estados Unidos … que nuestro gobierno nos ha abandonado … que ya no nos sentimos como una nación cuyo gobierno es del pueblo y para el pueblo y por el pueblo? Hasta este punto nos ha fallado, señor.
¿Qué les vamos a decir a nuestros hijos, señor Presidente?
òscar
4 gener 2012 at 12:07
Gràcies pel blog!
Una altra adreça sobre ciutadania:
http://ciutadaniacritica.wordpress.com
Toni Barbará
4 gener 2012 at 19:25
Vamos a decirles la verdad, las verdades, aunque sean nuestr@s hij@s…! Ha llegado el momento de todos los “Guindos”, o sea que habrá que “caer del guindo”, y desde todas las posiciones, incluidas las más ingenuas, al decir de Àngels,
Apear eufemismos y llamar a las cosas por su nombre. Por más duro y crujiente que resulte, con lo cual me reafirmo en la “salida” universal de los laberintos más sofisticados: por arriba…previa posición erguida, claro, aupada, en pie, “dempeus”.
Salud y gracias Àngels.