Ester Quintana, de 42 anys va perdre un ull per l’impacte d’un projectil llançat pels Mossos d’Esquadra el 14N. La seva versió contradiu frontalment la del Conseller d’Interior, Felip Puig. /////
Ester Quintana, de 42 años perdió un ojo por el impacto de un proyectil lanzado por los Mossos de Esquadra el 14N. Su versión contradice frontalmente la del Conseller de Interior, Felip Puig.
Més testimonis del #14N / Más testigos del #14N:
ATENCIÓ, LA TEVA COL·LABORACIÓ ÉS MOLT IMPORTANT PER L’ESTER:
Si vas estar a la zona de Passeig de Gràcia entre Gran Via i Plaça Catalunya (C/Casp) el 14 de novembre entre les 20:30h i les 21:00h, o vas veure alguna cosa des de la finestra o balcó d’un pis, posa’t en contacte immediatament amb la família i els amics de l’Ester Quintana a través del mail: animsester@gmail.com
Empezó Felip Puig cuando mandó que los Mossos d’Esquadra abrieran una web, posteriormente cancelada, para identificar a personas sospechosas de actos de “violencia callejera” durante la pasada jornada de huelga del 29-M. El objetivo: la “disuasión y la prevención”, según el director de la policía catalana, Manel Prat, y “promover la participación ciudadana al 100%” al tiempo que se aseguraba la “máxima confidencialidad”… como en tiempos de la Inquisición, vaya!. La web se cerró, pero las detenciones seguían hasta hace pocos días…
Publico explicaba que cada individuo estaba asociado a una galería de imágenes con 231 fotografías y 3 vídeos provenientes de fuentes policiales, medios de comunicación y redes sociales, que podían irse ampliando en lo sucesivo.
Este tipo de medidas se suma a la criminalización de la desobediencia civil y la resistencia pasiva (y de twitter, ya de paso…) en una escalada torpe y facistoide de recorte de derechos humanos. El objetivo global de todas estas medidas no es sólo la de amedrentar a los ciudadanos para que no organicen ni participen en protestas ni manifestaciones, sino que nos auto-degrademos a súbditos colaboradores del régimen delator. Y si no, sigamos:
La estrategia del miedo y la delación llega a los Ferrocarriles Catalanes.
El pasado 8 de agosto se inició una campaña contra la propuesta de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) que permite a los viajeros avisar de “comportamientos incívicos” en trenes o andenes. Podíamos leer en la página web de quien inició la campaña que “entre estos comportamientos denunciables se encuentra la indigencia o la música ambulante. Esta aplicación incluso permite clasificar en la denuncia el ‘tipo de mendigo’ del que se trata. Así, a partir de ahora, cualquiera podrá denunciar a los pobres que se encuentre en su trayecto por los ferrocarriles catalanes, para que así puedan “viajar tranquilos”.
Estoy de acuerdo con el autor del blog que esta medida es especialmente grave en el actual contexto de crisis contra las personas más desfavorecidas, pero constituye de hecho un ataque directo contra la sociedad en general, y que es “vergonzoso y lamentable que una institución pública como FGC realice estos ataques contra la dignidad e integridad de las personas”. Al exigir que acaben las agresiones contra la dignidad de las personas, pide que se firme en la campaña iniciada en Change.org que esta mañana ya había alcanzado las 10.000 firmas.
El promotor de esta acción se pregunta qué será lo próximo, si aplicaciones para denunciar indocumentados, o a gays, negros, a gente gorda, etc… Pues ya tenemos la respuesta: Según puede leerse hoy en Ara “Los padres rechazan “hacer de espías” para investigar fraudes en las preinscripciones escolares”.
Papás y mamás, espietas al servicio de la Rigau
La consellera de Catalunya de los recortes en educación utiliza el miedo de que no hay escuela pública o “concertada” para todos. Cuando los recortes son sangrantes -y en muchos casos determinantes, para mal, para el futuro del propio alumnado y la sociedad- la Rigau intenta que los padres y madres se peleen entre sí, poniendo en primer plano su derecho a la enseñanza pública, pero lo transmuta en egoísmo excluyente. Si se dejaran, los padres y madres quedarían relegados a súbditos amedrentados de una Catalunya para-policial.
Por eso, en pleno verano, la FAPAC ha tenido que explicar a Irene Rigau la diferencia entre ciudadano y delator, y han rechazado el protocolo que quiere impulsar su Conselleria para evitar el fraude en las preinscripciones escolares. La administración facilitaba a las familias el nombre, apellido y domicilio de una familia concreta o de todas las familias del centro… y los papás y las mamás debían comprobar si viven realmente en el domicilio indicado. Alex Castillo, presidente de la FAPAC, ha declarado que quien debe controlar si hay fraude o no es el propio Govern, y que si “aceptamos hacer de espías se generará una mala marejada impresionante”. Y concluye: “Con la medida, todos somos sospechosos y todos nos veremos en la obligación de investigar”.
Pues que yo sepa, ya van tres… Y eso hay que pararlo. Estoy segura que nuestros gobernantes del PP y de CiU no se han enterado que no queremos vivir en una sociedad de delatores, sino de personas solidarias en la que se combatan las desigualdades y sea cada vez menor la precariedad y la exclusión. Habrá que hacerles llegar el mensaje con URGENCIA.
En toda película del Oeste que se precie hay un momento en que los indios o los salteadores (los malos oficiales, vaya) parece que van a ganar y el sheriff, herido en el hombro y en su orgullo, y ante la mirada suplicante de la rubia del saloon, nombra al más bueno de la peli (James Steward, de preferencia) su ayudante para que el bien triunfe. Felip Puig ha visto muchas películas del género, y en un brote de los suyos a los que ya nos tiene acostumbrados, ha decidido pasarse a la polvorienta épica de los western para acabar con la defensa ciudadana de la salud pública. Y que conste que me inclino por este género porque pienso que, en el fondo, ante el despropósito de Felip Puig, es mejor apostar por la sonrisa. En cambio, la sonrisa podría helarse si optase –porque el guión lo justifica sobradamente– por buscar el símil en las malas películas de Serie B de espías, chivatos, y colaboradores a bajo precio que también habitan el celuloide que nos recuerda a nuestro Conseller d’Inerior. Ya ayer Toni Barbarà, con su habitual sentido del humor, hizo referencia a la carta enviada a los directores de los CAP y ABS, para “blindar y proteger bienes y personas del ámbito sanitario del vandalismo y la violencia (no sabemos si esta vez “extrema”) de los manifestantes (¡incluso de Igualada! –o ciudadanas de Breda ) que puedan aparecer alrededor de los centros de atención primaria”
La filosofía (?) de fondo, en opinión de Barbarà, es bastante repulsiva, aunque pretenda (añado yo) investirse de la dignidad de un Gary Cooper “solo ante el peligro” que le viene muy, pero que muy ancha…. Estoy de acuerdo con mi amigo en que el fondo del mensaje es … (en cursi-cursiva) “Hombres de bien, convergentes y uniones, ciudadanos de orden y respeto, personas como es debido y obedientes, … ¡Cuidado con esta caterva de energúmenos que son los que se manifiestan y protestan contra los recortes de sanidad! . Ante cualquier movimiento sospechoso, como personal gritando consignas revolucionarias del estilo «Sanidad pública para todos», “No a los recortes en sanidad”, “Dinero público para servicios públicos”, y otras provocaciones incendiarias, cerrad puertas y ventanas porque os pueden hacer daño o romper o robar algún utensilio de las instalaciones (que son unos sublevados y unos chorizos). No os pongáis nerviosos, y que no se resista nadie, que peor (la resistencia exalta más aún a estos violadores ),… si podéis, huid… y si no podeis, simulad que entendéis lo que os dicen los malhechores … todo lo que les saqueis podrá después ser utilizado en su contra.(…)
En resumen, que es mejor colaborar con las “fuerzas del orden” aunque puedan caer en represiones poco estéticas y nada éticas, que ponerse sinceramente del lado de la ciudadanía que defiende al mismo tiempo los derechos laborales del personal de los CAP y ABS y los derechos de ciudadnía, y reclama poner fin a esta locura de recortes de la sanidad pública, argumentado –con toda la razón– que el derecho a la salud debe ser igual para todos, sin RE-pagos ni listas de espera, ni desplazamientos abusivos…
Y con la música (y sobre todo la letra de la Fera Ferotge del añorado compañero y amigo Ovidi Montllor), les dejo con las recomendaciones de la última “perla” de Felip Puig, apostilladas por mi en cursiva:
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Consejos de seguridad ante concentraciones de protesta en Centros de Asistencia Primaria (CAP) o Áreas Básicas de Salud (ABS)
1. Como máximo responsable del CAP/ABS, recuerde a sus encargados que le pongan en conocimiento cualquier incidencia que puedan observar en referencia a posibles concentraciones de protesta.
(¡… porque por bemoles, y le guste o no, ha quedado usted nombrado oficialmente ayudante del sheriff del condado, es decir, de Felip Puig!)
2. Solicite a la persona que controla el acceso principal al centro que le informe de forma inmediata si detecta en el exterior la presencia de un grupo de personas en actitud de protesta, por pequeño que sea este grupo.
(La actividad policial y delatora pasa a formar parte del conjunto de tareas y responsabilidades sanitarias por las que se le ha contratado a usted y al personal del centro).
3. Dé aviso inmediato a través del teléfono de emergencias 112 de cualquier incidencia detectada, informando del número de personas, actitud mostrada, posible presencia de objetos peligrosos, etc. El lunes por la mañana recibirán la visita de un mando del cuerpo de los Mossos d’Esquadra, que les facilitará un teléfono directo para cuestiones de máxima urgencia y/o consulta.
(Vuelva a oír la Fera Ferotge… Estamos en estado de emergencia. Hay miles de personas insurrectas que reclaman sus derechos… no se han dado cuenta que con el gobierno CiU hay que asumir ¡con ilusión! la realidad de las desigualdades. Y que la atención médica es una mercancía más con la que hacer negocio.)
4. Ante la posibilidad de que se colapse el acceso principal, prevea una salida alternativa para los usuarios o trabajadores que tengan que irse del lugar.
(Procure que los usuarios y trabajadores no estén muy orondos por si tiene que habilitar la clásica trampilla de las pelos… ya sabe que siempre dan problema los culos gordos).
5. Mantenga la calma y evite en todo momento el enfrentamiento con cualquier persona que haya accedido a las instalaciones en actitud de protesta.
(Lo mejor será huir por piernas, pero sólo si está bien entrenado… No vaya a ser que tengamos un disgusto y se deba acudir a un CAP de guardia!)
6. Si tiene la posibilidad de contactar con algún responsable de la concentración, muestre en todo momento una actitud colaboradora y de compresión del motivo de la concentración, solicitando al mismo tiempo respeto por los trabajadores, usuarios y enfermos que se encuentran en el centro.
(Si no puede escapar, ya sabe, de usted la razón, como a los locos, a quienes piden que su centro no se cierre, ni disminuya la atención de las urgencias, ni tantas cosas aparentemente razonables que le pueden plantear… La ciudadanía puede tener un discurso que parezca de lo más razonable, pero RECUERDE: lo importante no es la salud, ¡ES EL DÉFICIT! y los intereses del sector privado… y sobre todo, acostumbrar a la ciudadanía a obedecer sin rechistar.)
7. Intente averiguar cuál es el motivo e intenciones que tienen con la concentración para posteriormente informar a los responsables policiales.
(Aunque las pancartas, manifiestos, octavillas, o en las asambleas se diga y se repita que lo que se quiere es defender el servicio público de salud ¡NO LES CREA!. Averigüe los motivos ocultos. Seguramente son agentes del eje del mal (formen el eje del mal quienes se determine de forma más conveniente en cada momento. Todo lo que le digan puede usarse en su contra en la posterior delación en comisaría…)
8. Informe a otros responsables de centros asistenciales de la zona de los hechos que se están produciendo con el fin de prevenir otros incidentes.
(¡Que la insurrección ciudadana se extiende… pon tus barbas a remojar, o mejor, consigue unas cuantas tanquetas que te aislen de las personas que habitualmente usan el CAP y quieren defenderlo!)
9. Cierre los accesos a dependencias interiores para proteger el material del que se pueda hacer un mal uso, ocasionar daños, sustracciones, etc.
(¡Que se las dan de buenos ciudadanos pero aunque no esté Millet en el grupo, son unos chorizos, cuidado con ellos!)
10. Recuerde que el primero en tener en cuenta siempre es garantizar su integridad física, los trabajadores y de todos los usuarios del centro. En todo caso evitar cualquier enfrentamiento.
(…pues si de evitar enfrentamientos se trata, ¿no sería mejor romper esta hoja de instrucciones y no avisar para nada a Felip Puig ni a sus secuaces…? Aunque, en cualquier caso, recuerden el primer mandamiento de los western: ¡No disparar al pianista!))