Mas ha preferido decir que se trata de un depósito de confianza “a corto plazo”, pero aunque la terminología contable esté (por desgracia) tan de moda, no cuela. Para nada. Su presunto as en la manga (la convocatoria de elecciones anticipadas cuando sólo hace un año que tomó posesión de la Presidencia de la Generalitat) es de hecho el reconocimiento de un fracaso estrepitoso. Y del reconocimiento de cesiones muy difíciles de tragar. Por ejemplo, la nacionalista CiU ha hecho saber, por boca de su portavoz Jordi Turull, que puede llegar a acceptar un “control técnico” de los presupuestos de la Genralitat por parte del Estado… y aunque después afirma que no aceptará “control político” por “control técnico”, me pregunto ¿no han eliminado ya toda diferencia al aceptar el tutelaje claramente “político? (Como de hecho es también CONTROL POLÍTICO el que la Unión Europea va a ejercer sobre los Parlamentos de los Estados miembro).
En el habitual publireportaje de esta mañana de TV3, una más que satisfecha Alicia Sanchez Camacho (partidaria del co-repago sanitario, como es lógico en ella, y soltando topicazo tras topicazo) explicaba cómo acabaría siendo el próximo Presupuesto de Catalunya a partir de las enmiendas que como PP presentarán-impondrán, e insistía en lo absurdo de convocar elecciones en Catalunya. ¿Para qué? Teniendo atado corto al govern de CiU, el “ultracentrista” PP está consiguiendo que Artur Mas acate sus políticas y cargue con el desprestigio que acarrean… Y ni siquiera procuran amañar una mínima coartada para CiU en lo que a sus reivindicaciones políticas fundamentales se refiere, como el Pacto Fiscal del que CiU hizo, hasta la náusea, bandera electoral. Alicia Sánchez Camacho ya ha dicho esta mañana, en su tono habitual tan poco amable, que: “Rajoy ya dijo que se puede hablar del pacto fiscal, pero no es la prioridad a corto plazo”.
Resumiendo, los dirigentes del PP no han podido dejar a Artur Mas en peor lugar: le hacen pagar el desplante del no apoyo en la investidura obligándole a votar unas medidas que habían calificado reiteradamente de “muy nocivas para Catalunya”… y arrastran por el fango cuanquier alegato de “coherencia” convergente. Dejan para otras épocas sentarse a hablar de Pacto Fiscal, y en cambio obligan a CiU a escenificar otro juramento medieval de lealtad –aunque Mas nos asegure, con un hilo de voz, que puede tener un corto plazo de vencimiento. Pero, si nadie lo remedia, el chantaje del PP sobre CiU llegará hasta las próximas elecciones –sean cuando sean– porque a los peligrosos fiascos en Sanidad hay que sumar el creciente descontento de la ciudadanía, las manifestaciones y protestas continuadas de los funcionarios de prisiones y de los trabajadores y trabajadoras contra los injustos ERE, e incluso la negativa de los farmacéuticos a ser los hipotéticos “cobradores” del euro por receta, etc…
Con este saludable panorama insurgente en las calles ¿creen ustedes que CiU es suficientemente valiente como para volver a llamar a la gente a las urnas?