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Toni Barbarà y la batalla por el Hospital Clínic: ese oscuro deseo privatizador

Así se reproduce en Dempeus el artículo de Toni Barbarà, secretario de Dempeus per la Salut Pública y publicado originalmente en La Lamentable, y que incide en las ansias privatizadoras el gobierno catalán en el ámbito sanitario en particular… Pero no sólo. CIU quiere dejar bien “atado” su “legado” antes que las urnas les dejen fuera de juego.

imageDesde hace años venimos asistiendo a la teorización/entronización de un pretendido modelo de excelencia sanitaria denominado modelo catalán. Esta fórmula de éxito, según las sucesivas administraciones del sistema, se basaba (además de un contrastado y no tan considerado alto nivel profesional) en un carácter mixto de convergencia (aquí con todo rigor en su acepción) entre lo público y lo privado. Ese modelo sanitario pretendía ser una virtuosa suma de potencialidades empresariales, modernas y eficientes, junto a unos recursos públicos importantes (aunque según dicen de gestión obsoleta y burocrática).

Ha sido la maravilla de los consorcios, las gobernanzas, la locomotora de la simbiosis público (recursos) – privado (lucro). Décadas de praxis y de experiencia elaborada bajo el amparo de un autogobierno convergente que mimaba a los amigos y socios de los Pujol y su casta. Con una base argumental tan perversa como solvente se ejemplarizaba sobre la idoneidad de una gestión moderna y una legislación acorde con los intereses de los nuevos tiempos y del mercado.

Se afeaba en cambio la torpeza de otras comunidades del Estado, especialmente las de Madrid o Valencia, que actuaban desde la autoridad competente, más incompetente, a golpe de compra, talonario y decreto. En Cataluña las cosas se hacían de manera más sutil y la aceptación resignada de las “externalizaciones” y los diálogos y alianzas estratégicas penetraban sin apenas resistencia entre la ciudadanía, ahora convertida en adulado cliente.

Posteriormente, llegaron años de la conocida sociovergencia –PSC-CiU–, continuadora de la obra de 23 años de pujolismo. Nuevas filigranas, más eufemismos, desregulación enfermiza y reglamentos neo-liberalizadores, unidos a ententes y complicidades empresariales, complicidad e impunidad compartida en tantos casos como los que ahora se van destapando a pesar de la omertá de decenios. Épocas de instauración de un verdadero club del negocio sanitario con apellidos ilustres en los consejos de administración públicos y de empresas privadas del sector y de la industria farmacéutica y con inaudita osadía en sus tejemanejes, propiamente llamados en tantos casos: corrupción. La ilustración de lo descrito es tarea imposible en un breve artículo, pero hoy abundan kilos de información y basta con querer acceder a ella.

Así las cosas, en cada caso la norma en el trato era elemental: ¿Amigo, o desafecto? Las carreras profesionales y los laureles tenían premio entre los colegas de clan. Por el contrario, para foráneos y aspirantes funcionaba sencillamente el miedo y el sometimiento. A la vez se practicaba un nepotismo inverso: l@s díscolos e insurrectos veían su presente y futuro más que comprometido. Decenios de privilegio y de liderazgo de élites médicas versus trabajador@s del sector, en especial en el caso del Hospital Clínico que nos ocupa.

El apremio actual y la aceleración compulsiva de normativas para los procesos de instauración de lo privado incrustado en los servicios públicos (léase el paradigma Barna Clínic) se debe a la incertidumbre de un ciclo electoral que se muestra inquietante. Las inmediatas elecciones generales de fin de año, pero aún antes las previsibles y anunciadas autonómicas en Cataluña para el 27 de septiembre, han aconsejado a CiU/Generalitat/ Boi/Mas a acortar plazos, a ir cerrando negocios en gestación, a hacer caja, y atar bien atado todo lo posible ante previsibles reveses electorales.

Ante el dilema del Govern: Acelerar procesos o maquillar recortes, necesidad obliga: ambas cosas a la vez.

Caso Clínic. Antecedentes
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La historia del Hospital Clínic merece una pincelada por su carácter de hospital singular. Emergente desde una titularidad compleja y cambiante. Realidad cívica y cultural de Barcelona, además de referencia sanitaria. Histórico vínculo con la docencia de la Universidad de Barcelona, con la investigación pionera, los trasplantes, con el prestigio bien ganado por sus notables profesores y profesionales, y todo eso de la mano de una tradición de beneficencia y a la par de excelencia.

Pero el Clínic ha sido también escenario de una inveterada pugna entre élites médicas versus trabajadores/as de segunda. Una ilustración de auténtica lucha de clases y entre estamentos, con las honrosas excepciones.

Interesante seguir los cambios de estatus, la llegada de sucesivos gestores y con ellos de nuevas formas de gestión. La sostenida eficacia demostrada para desregular y prosperar lo privado. La implantación creciente de derivaciones, la reordenación racional–RAT– del territorio y los flujos de asistencia. Leer el proceso de privatización que ya no ha cesado y tampoco los intentos de formación de órganos de gestión con presencia privada-empresarial. En el curso de la historia el Patronato ha ido mixtificándose, aunque sin perder papel el llamado Comité de Delegados Médicos (un selecto núcleo a modo de pseudo-sindicato corporativo), o ya desde 1985 con la inclusión de Fundaciones como la Clínic per la Recerca, que velaría por generar alianzas estratégicas con el sector privado.

Y ahora una nueva escalada con la puesta en marcha del nuevo Consorcio que ha generado la presente batalla.

Es muy difícil precisar con cifras la sangría de actividad hacia centros privados en un continuo goteo siempre creciente. La opacidad de esos datos se acompaña de la falta de credibilidad de las informaciones oficiales publicadas.

Pero nadie pone en duda el incremento de la derivación de enfermos a centros privados, ya sea de cirugía menor ambulatoria, de procedimientos diagnósticos o de cirugía convencional (de baja complejidad –y alto beneficio-). Anualmente 16.000 pacientes derivados a centros privados, entre los cuales la mitad al Grupo IDC Salud (Ex Capio) como el hospital del Sagrado Corazón, Clínica del Pilar. En paralelo, decrece la actividad en horarios y servicios y se van perdiendo camas, 200 cerradas hoy día. Entre 2012-13 la factura abonada a IDC Salud se incrementó en el 100% y superó los 127 millones €.

Tancada Clínic (2) es una organización ciudadana que se moviliza y se ocupa de la defensa del hospital público, a partir de un encierro/tancada y que ahora mismo pilota la denuncia frente al intento en curso y en fase de alegaciones de constituir un Nuevo Consorcio para el Clínic, todavía más permeable para los intereses privados.

Tancada Clínic denuncia el cambio de forma jurídica del hospital a derecho privado, la explícita actividad privada en el centro y en otros públicos, la gestión privada tanto directa como indirecta, los principios mercantiles que regirán y su tratamiento de mercado, la pérdida de control público sobre la gestión, la precarización del personal sanitario, la liquidación de la debida universalidad y equidad del sistema, la falta de participación de ususari@s y de transparencia y control democrático de la ciudadanía.., entre otras cuestiones.

Se han presentado miles de firmas de ciudadanos y entidades que avalan la presentación de alegaciones contra esta nueva agresión.

BarnaClínic, el buque insignia privado

Un invento rentable y un escaparate en marcha. Desde unos primeros precursores allá en el 89 con CrioBarna y posteriores fundaciones se ha concretado el brazo privado de BarnaClínic, hoy denunciado y sometido a estudio y control.

En esta planta noble, con ilustres pacientes, la sucesión de irregularidades es continua. La opacidad es la norma, la negativa a suministrar las cuentas al Parlament un descaro, el descontrol consiguiente lo más habitual, las incompatibilidades, los conflictos de intereses y las puertas giratorias lo cotidiano, salarios de más de 150.000 € a altos directivos… y un totum revolutum de imposible fiscalización: Una doble puerta de entrada alevosa por inequidad y discriminatoria, con doble lenguaje y doble moral, que produce pingües beneficios.

Podemos saber que en 2013 trabajaron en Barna Clínic 561 profesionales procedentes del centro público. Es materialmente imposible contabilizar horas, insumos, suministros y prestaciones del Clínic empleados en la planta privada. Incluso la patronal del sector privado del sector sanidad (ACES) denunció a Barnaclínic por competencia desleal.

Tan evidente es que algo huele a podrido que el hedor llega al Parlament. Finalmente, la cámara se pronuncia, a pesar de CiU, y en febrero pasado el Parlament de Catalunya desautorizó BarnaClínc, e instó a frenar cautelarmente su actividad mientras no se conozca una auditoria en profundidad de su actuación.

Pero el Parlament es burlado y desatendido y, otra vez más, el Departament de Salud sigue sordo e impune. En pocos días reactiva y decreta sobre sus conflictos en auge, ya sea en el Consorcio del ICS de Lleida (operación que ha quedado felizmente desmantelada gracias a la movilización popular), la operación de venta de datos clínicos conocida como Visc+ (hoy en compás de espera), o un decreto de prestación de Servicios privados en Centros públicos, suspendido a los quince días en perspectiva de campaña electoral.

imageAgresiones, resistencias, movilizaciones y debates; todo se acelera. El 28 de febrero 2015, en el Paraninfo de la Universidad del Hospital nace la Marea Blanca Catalana (3), confluencia de más de 70 entidades de todo tipo que cierran filas en defensa del carácter público del sistema sanitario. Además de firmas, charlas, movilizaciones y ocupaciones, la Marea Blanca se dirige a los Grupos parlamentarios y presenta una carta en solicitud de amparo a la presidenta del Parlament.

Último capítulo, por ahora, de la cruzada neoliberal

En esta situación, el proceso privatizador activa toda la munición en la recámara. El Colegio Oficial de Médicos (COMB/CiU) de Barcelona pasa de la complicidad tradicional con el Departament de Boi Ruiz, a la arenga comprometida con la desregulación.

Más leña al fuego del troceo, del cuarteamiento del sistema público restante, del ICS, y de su acomodo para la privatización lucrativa en cada caso, forma y manera

El tridente de todas las estrategias: Departamento de Salud /Generalitat/influencia institucional y mediática. Empresas voraces, pongamos el grupo privado IDC Salud como paradigma, PWC como fábrica del ataque a lo público…y ahora la élite corporativista del COMB.

¿Qué hacer?

imagePor descontado confluir, sumar, revertir, recuperar, promover saludable insumisión y lucha democrática…

Con unos medios de comunicación al servicio de sus consejos de administración se impone de entrada: Recuperar el lenguaje frente a los eufemismos maquilladores. Desenmascarar la substancia profunda de términos presentados como seductores o razonables a la hora de calificar el nuevo consorcio:

Formas de gestión empresarial. Alianzas estratégicas, consorcios y gobernanzas no son sino estrategia mediática para la autoinculpación y la resignación de la ciudadanía.

Gratis. Dicen que no cuesta nada, pero no es cierto porque la sanidad pública no recibe nada a cambio, una sanidad pública que ha sido y está pagada con nuestros impuestos y nuestro trabajo.

Co-pago. Tampoco este término se ajusta a la verdad porque, hablando con propiedad, es RE-PAGO, ya que nos cobran, otra vez, aquello que ya hemos pagado.

Derivación. Este término implica el desvío calculado a centros privados y con ánimo de lucro de pacientes y procedimientos financiados por los recursos públicos. En términos biológicos, para definir ese chupar la sangre deberíamos hablar de parasitación.

¿Lista de espera? Más bien desespero insoportable, en ocasiones con fatales consecuencias, que sirve para promover el doble aseguramiento concertando –quien pueda hacerlo– con empresas y mutuas privadas

No son necesarias más aclaraciones, si bien otros conceptos, lamentablemente vinculados a la sanidad catalana y española, podrían ser los siguientes: corrupción, parasitación, recortes y escándalos que incluyen muertes y damnificados de miles de pacientes con prótesis caducadas o falsificadas…

De todo lo cual se deduce, sin la menor duda, que la Salud es luchar, y a la recíproca, Luchar es Salud. Frente a las graves patologías sociales llamadas miedo, resignación y autoinculpación, la salida es la reconquista del Sistema Público de Salud.

(1) Dempeus per la Salut Pública

(2) Tancada Clínic

(3) Viento Sur

 

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La paradoja de las luchas por la sanidad pública. Entrevista a Ana Martínez

Magnífica y esclarecedora entrevista publicada en Los mares del sur a la enfermera, investigadora, activista y gran persona Ana Martínez. En el texto se inserta toda la problemática de la sanidad y la salud en el amplio contexto de “las causas de las causas”, pero sin huir de los datos concretos que permiten ver, con igual claridad, los árboles y el bosque. Por ejemplo, qué significa el proceso que sufre (y así, sufrimos todas) el Hospital Clínic…. Para leer despacio, tomando nota!

imageAna Martínez nació en Barcelona en 1981. Trabaja como enfermera en el servicio de urgencias del Hospital Clínic de la misma ciudad. Es coordinadora, junto con Montse Vergara, del libro recientemente publicado, “Cómo comercian con tu salud” (Icària, 2014), en el que se plasma el trabajo de la primera fase del proyecto “Privatizando la sanidad. Impacto en la salud de la privatización de la sanidad en Catalunya”, impulsado por múltiples colectivos embarcados en la investigación, desvelamiento y denuncia del complejo proceso de privatización de la sanidad pública catalana, oculta bajo una ola desarticuladora que pretende invisibilizar las consecuencias y los mecanismos que la rigen. Nos saluda con su sonrisa indeleble en la puerta de su centro de trabajo, lugar de encuentro también para una tarde dominical, desde donde nos lleva a una terraza no muy lejana, donde, tras una mirada desconfiada a la grabadora, da rienda suelta a su discurso vivaz.

LMS. ¿Te definirías como enfermera o investigadora en salud?
AM. Ni lo uno ni lo otro me convence. Ahora mismo soy activista por la defensa de la sanidad pública. Es como si nos fuera la vida en ello (risas).

LMS. ¿En qué momento te involucraste en la lucha por la sanidad pública?
AM. Los tijeretazos contra la salud se empezaron a aplicar con fuerza justo antes de que estallara el 15M, en 2011. Hacia finales de 2010, con la llegada de CiU al poder y los vientos austericidas que trajo consigo, mucha gente, entre ellos un gran número de trabajadores de la salud, se levantó contra las medidas implementadas por el conseller Boi Ruiz. Curiosamente, en general creo que no se recuerda bien la cronología. Si le preguntas a alguien por la calle, te dirá que toda protesta masiva se dio tras el 15M, pero lo cierto es que las que estuvimos implicadas en las primeras luchas lo recordamos como un fenómeno de masas que se dio bastante antes del 15 de Mayo. Por ejemplo, “Indignados por los recortes en sanidad” (nacido por iniciativa de los compañeros del Hospital del Mar) éramos originalmente cuatro gatos (asindicales y horizontales) que nos comunicábamos a través de Facebook y organizábamos movilizaciones contra los recortes sanitarios. Conocimos a Democracia Real Ya en los compases previos al 15M y también a algunas compañeras de la PAH, que llevaba más de cuatro años en pie de guerra. Después el levantamiento popular desencadenado a partir del 15 de Mayo nos pasó por encima y nos integramos en él. A veces pienso que entonces se deslizó algo muy profundo, algo que movilizó a ciudadanas y trabajadoras de una forma que no volveremos a ver en Catalunya.

LMS. ¿Cómo nació el libro “Cómo comercian con tu salud?”
AM. El libro se concibe en la indignación, nace en la academia y cuenta con la colaboración de múltiples actores: investigadores, activistas, plataformas, entidades…. Me explico: es la plasmación de un grito, el de las plataformas en lucha por la sanidad, los movimientos sociales, las asociaciones de pacientes y usuarios, canalizado a través del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud (GREDS-EMCONET), con Joan Benach y Gemma Tarafa a la cabeza, frente a la necesidad de hacer un esfuerzo de análisis ante un fenómeno tan difícil de aprehender como es la privatización de la sanidad catalana. Así que se decidió llevar a cabo una colecta pública de dinero (lo que ahora se llama “crowdfunding”, jejeje), a través de un blog y un verkami, para arrancar el proyecto en cuatro fases de las que el libro es sólo la primera. Montse Vergara y yo nos animamos a coordinarlo. Durante su elaboración, el documento ha contado con la estrecha colaboración de las personas, plataformas y entidades en defensa de la sanidad pública, que lo revisaron, aportaron sus notas, modificaciones y dieron su visto bueno. Ha sido un trabajo con mucho feedback.

LMS. ¿En qué consiste cada una de las fases del proyecto?
AM. Dejadme primero aclarar una cosa: la necesidad del proyecto no consiste en guiar la actividad de los movimientos sociales. Se trataba de conseguir una base teórica sólida, de cargarnos de argumentos para defender un derecho. En Catalunya, la información es escasa, los datos se han tratado de ocultar todo lo posible desde el principio. Con más énfasis en los últimos cinco años. Todavía hoy sigue siendo un problema muy relevante, al que la actual administración gira la espalda de manera interesada. Por eso mismo la primera parte del proyecto consistió en hacer un barrido de datos inicial, detectando los “gaps” existentes y aproximándonos a cuál podría ser la investigación ulterior. Esta primera fase responde a dos interrogantes principales: en primer lugar, identificar los elementos de privatización y mercantilización del sistema catalán. En segundo lugar, aproximarnos al mecanismo mediante el cual esas medidas de austeridad (entendidas también como elementos de privatización y mercantilización del sistema) han podido impactar en el sistema de salud y en la salud de la población, tratando de distinguir nítidamente- lo cual no es nada fácil- entre austeridad y privatización. La siguiente fase, en marcha actualmente, es redactar un informe con un carácter más reflexivo, ampliado y propositivo del que generó la primera fase.

imageLMS. En el libro se hace mucho hincapié en la necesidad de diferenciar claramente entre mercantilización y privatización. ¿Por qué?
AM. Es importante distinguir ambos conceptos para conocer el sistema sanitario catalán y poder identificar los mecanismos de su génesis, transformación y ahora destrucción en su vertiente pública. La privatización, más sencilla de definir a pesar de no estar libre de controversias, es la transferencia de recursos de la esfera pública a la privada, en las diferentes funciones que tiene el sistema: gestión, provisión, dirección, formación, etc.; mientras que la esencia de la mercantilización no radica en la titularidad de los recursos, sino que es la introducción de elementos de mercado en el sistema público. Los “elementos de mercado” abarcan desde la conceptualización, que afecta al discurso, de la salud como un producto y no un derecho, hasta la ley, que la privatiza de facto. El ejemplo paradigmático son los entes públicos, empresas y consorcios públicos, de titularidad pública, financiación variable y gestión cada vez más frecuentemente de carácter mixto en la sanidad catalana, en proceso de privatización radical. Todo ello inducido por los cantos de sirena de los adeptos de ESADE & cia., voceros neoliberales, que no paran de insistir, sin fundamento, en que la sanidad pública es insostenible, en la necesidad de implementar mecanismos para aumentar la eficiencia, etc., lo cual entra de lleno, de nuevo, en la ideología que propicia los procesos de mercantilización. Recubierto de tecnicismos y apariencia de objetividad, está el interés puro y duro de convertir la salud en una mercancía más, la sanidad en un negocio. Los procesos de privatización implican siempre mercantilización. La mercantilización, más subrepticia y difusa, no siempre implica privatización o la implica de forma parcial. Aunque a mí me gusta decir que la mercantilización es la antecámara de la privatización.

LMS. Por suerte, pues ¿qué queda hoy sin mercantilizar?
AM. Así es…

LMS. ¿Es el Hospital Clínic un ejemplo de esto?
AM. Es el paradigma del Modelo Catalán. En él se dan los dos fenómenos con una intensidad brutal y, hasta ahora, una falta de consciencia abrumadora por parte de los trabajadores y usuarios. Y no sorprende, pues tras años y años de privatización encubierta y propaganda (mercantilización), durante los que millones de euros se han ido por el sumidero, se han cerrado más de un 20% de camas, se derivan miles de pacientes al ámbito privado (Hospital Sagrat Cor, Hospital Plató, Hospital General de Catalunya, todos de IDCSalud, antes Capio, cuyo actual director de innovación fue el anterior director general del Clínic), la excusa de la austeridad se está usando como ariete justificador del lucro oculto (o no tan oculto). En cuanto a la cooptación de los trabajadores por la élite dirigente, en plena danza centrípeta, como corresponde a toda puerta giratoria, especialmente en el caso de los médicos, el comité de delegados, único sindicato existente para la plantilla médica y del que se pasa a formar parte automáticamente con la firma del contrato, ha jugado un papel importante amedrentando a los pocos que se atrevieron a cuestionar el modelo o las medidas derivadas del mismo. En cuanto a enfermería, ahora se ha creado un comité específico para nosotras, por lo que muchas de mis compañeras callan y sueñan con subir, como hacen los médicos, por la escalera que va de la precarización al estrellato monocorde. Sin contar con el resto de categorías profesionales. Es más, pisándolos si cabe, para defender “lo nuestro” como categoría. Es inteligente por parte de la empresa: divide y vencerás.

LMS. ¿Por qué crees que hoy en día, a diferencia de lo que pasaba hace apenas unos años, en centros públicos los hospitales o la universidad hay tanto miedo por parte de los trabajadores a expresar el descontento? ¿Por qué se hace tan difícil crear redes de solidaridad y acción colectiva en estos lugares?
AM. No hay una sola razón, pero el motivo más importante ahora mismo, a mi parecer, es el miedo. La situación actual produce en todos y todas miedo a perder el trabajo, incluso en aquellos que tienen la suerte de no engrosar la segunda lista más importante de jóvenes en edad laboral después de los parados: los hiperpreparados precarios. Pero siempre hay valientes: en el Clínic, por ejemplo, cuando hicimos la primera acampada, muchas y muchos de los que allí estaban eran suplentes.
En la universidad, creo que probablemente el factor miedo se ve por lo menos equiparado por el individualismo autorrefencial inducido por la hegemonía académica actual, que fuerza a dejar de pensar y actuar colectivamente para encerrarse a escribir papers y solicitar becas a entidades privadas. Un profesor politizado no está bien visto, ni bien entendido, como si los que se las dan de “liberales neutros” no tuvieran una actitud política. Dicho esto, quiero añadir que el desamparo al que se ven abocados los trabajadores en el ámbito privado es mucho peor, pero no se habla de ello porque no interesa. De momento, hay que desacreditar todo lo público y alabar lo privado.

LMS. ¿Qué papel crees que han jugado los sindicatos en todo esto?
AM. La crisis política se manifiesta también en el mundo sindical, de manera triste y perversa. Es una crítica que hace muchos años que se está dirigiendo hacia ellos, pero hace todavía más años (tantos como tiene el bipartidismo) que las cúpulas sindicales hacen oídos sordos. Los sindicatos de clase han sido parte del problema, y otros, más activos y radicales, no han sabido agitar o movilizar a la gente. Estaban cómodos en su posición. El problema es tremendo, porque más allá de su inutilidad actual, no parece que vayan a renacer de sus cenizas aunque tuvieran intención y capacidad de reactivarse y reconstituirse. La intensidad del sectarismo, seguidismo, entreguismo, cainismo, depende, de todas formas, del centro de trabajo del que hablemos. Hay ejemplos recientes muy loables. Sin embargo, la desconfianza que generan, por muy inducida que sea en parte por determinados sectores de la clase política y empresarial, está, en términos generales, justificada. Por eso creo que en el desbordamiento transitorio del sistema que simbolizó el 15M era clave olvidar las banderas. La gente estaba muy cabreada, también con los sindicatos, que por acción o por omisión tenían parte de la culpa.
Por ejemplo, pasa en el comité de empresa del Hospital Clínic: cuando desde el grupo de Tancada Clínic nos presentábamos en las reuniones reclamando nuestro derecho a participar, nos decían literalmente: <<preséntate y que te voten; entonces podrás hablar>>. Lo mismo que nos decían en el Parlament, lo mismo que nos dicen desde el Gobierno. Reproducen las mismas formas vacías y antidemocráticas de eso a lo que llaman sistema de representación. En fin, miedo y mediocridad, como en tantos otros sitios.

LMS. En un mismo orden de cosas: ¿y la academia? ¿Juega toda ella un papel legitimador de las propuestas neoliberales o hay focos críticos?
El pensamiento crítico, por desgracia, ha pasado de ser uno de los leitmotivs de la universidad a un motivo de vergüenza entre la casta académica. Creo que Joan Benach y su grupo de trabajo funcionan de una manera bastante excepcional en la Universitat Pompeu Fabra, donde también trabaja Vicenç Navarro, muy crítico con la austeridad en general y en la salud en concreto. Pocas puertas más allá de sus despachos, están los economistas, los de Andreu Mas Colell, tránsfuga del comunismo al costumbrismo, encabezado el pasillo por un cuadro de Milton Friedman: es un insulto diario.

LMS. ¿Crees que las cátedras de salud pública y preventiva de las facultades de medicina se han opuesto en general a los recortes?
AM. En absoluto. Yo creo que, en cierta manera, Benach se la juega. La sensación que tengo es que la gente que está más comprometida no puede mantener unos principios muy radicales desde la academia. Vicenç Navarro podría ser un ejemplo: en términos políticos se posiciona en la socialdemocracia, aunque tiene claro que hay que frenar la austeridad, no es un radical.

LMS. Has comentado más arriba, y no es la primera vez que lo oímos, que el colectivo médico está impregnado de clasismo. Salvo honrosas excepciones, como ocurrió en la marea blanca de Madrid, los médicos no suelen implicarse en lucha alguna, a no ser que sea puramente gremial. Probablemente esto sea consecuencia de dos fenómenos esencialmente: el papel de clérigo paternalista que se le ha atribuido al médico históricamente, con el mensaje implícito de que, como todo confesor, no debe tener características distintivas que vayan más allá del acento o la marca del reloj y, por otro lado, la carrera por el reconocimiento y/o el enriquecimiento, llena de sacrificios, chanchullos, gestas, competencia irracional, insomnios, calumnias, y otras tantas caras que rebasan lo ético, pero que en ningún lado incluyen la politización explícita (como si lo de Piqué, Boi Ruiz, Lasquetti, Belenes, etc, no fuera político…) y en casi todos los casos conllevan un falso sentimiento de pertenencia a la clase dominante (hace poco Yanis Vaorufakis decía que es una de las tentaciones más habituales y más difíciles de resistir: el discreto encanto de la burguesía). ¿Se podría extrapolar al colectivo de enfermeros y enfermeras?
AM. Menos en términos cuantitativos, pero cualitativamente te diría que el mecanismo se está incorporando en un grado incluso mayor que entre los médicos. Yo veo en mis compañeras el deseo irrefrenable de llegar a la misma posición que el estamento médico. Es decir: situarte siempre por encima del resto de trabajadores.

LMS. ¿Funciona como un sistema de clases?
AM. Sí. Exacto. Enfermería sería la supuesta clase media, que se saca el pañuelo palestino frente a los médicos y las cacerolas para diferenciarse de “los negros de abajo” (compañeros y compañeras de limpieza, camilleros, seguridad, administración, etc.). De hecho, el sistema de promoción profesional no sólo es jerárquico, sino que es claramente clasista. Enfermería tiene un muy buen sistema de promoción. Sin embargo, al resto de estamentos se les dieron las migajas. Cada uno en su sitio, aunque el rasero patine o se acerque, más o menos, según quién acerque la mano. Mirando al colectivo médico, lo dividimos por temor, nos dividimos por envidias, nos separamos de las que realmente son las nuestras.

LMS. ¿Crees que es aplicable una lectura de clase a la evolución de la salud pública? ¿Crees que si, a diferencia de lo que se ha dicho durante los últimos cuarenta años, la transición fue una derrota de los trabajadores y no una victoria, estamos metidos hasta el cuello en el lodo de aquellos polvos?
AM. Es evidente que sí. Es una estrategia para tener controlada a la sociedad, para llevar más allá todavía la “sociedad de los dos tercios” propuesta por Thatcher. Llevamos decenios apuntalando una falacia, con la invención de una supuesta clase media separada de la clase trabajadora, dando por supuesta la “ahistoricidad” del sistema, lo perenne de los derechos, etc. Todos queríamos escalar cómodamente, valga el oxímoron. Acabas pensando que el opresor es el modelo a seguir.

LMS. ¿Esa clase media que se ha visto desprovista de la base económica que permitía su modo de vida, que se sentía identificada con el modelo de crecimiento, accederá a entrar en mutuas privadas o aceptar la privatización?
AM. Espero que no. Por lo menos otras muchas personas y yo trabajamos para impedirlo. Ahora hay más gente despierta, consciente, que cuando empezamos a dar voces en el desierto hace cuatro años. No obstante, que no estemos en el desierto no significa que estemos pregonando frente a las masas. Usamos lengua de signos para sordomudos en mitad de la selva de pantallas y altavoces que repiten el mantra oficial sin parar. Luchar contra eso no será cosa de dos días. Sin embargo, pongo en duda que la gente no reaccione pase lo que pase. Cualquiera se da cuenta de que lo están atendiendo peor, o de que lo han dejado de atender, o de que le cobran por la consulta, o le hacen ir a rehabilitación muy lejos de su domicilio.

LMS. Pero habrá una parte de la gente que, sin formar parte de la élite social, podrá permitirse pagar una mutua y lo haga pensando que es lo que le conviene, aunque hasta ahora haya acudido siempre a la sanidad pública.
AM. “Poder permitírselo” no es una realidad objetiva, es un cambio de prioridades inducido por las necesidades, que a su vez responde al discurso hegemónico. No sé si habéis visto la televisión catalana últimamente, pero los anuncios de mutuas y servicios sanitarios privados se han multiplicado de una manera insultante. Hasta cuando se emitió el documental Ciutat morta, el primer anuncio que pusieron, frente a una audiencia teóricamente crítica pero en todo caso muy amplia, fue el de una mutua de seguros. Pero insisto: hay una parte de la clase media que sí que se ha visto desprovista de todo, incluida la cobertura sanitaria, y a marchas forzadas. Así han despertado. Pastilla roja o pastilla roja, ni elección a lo Matrix ni leches. El ejemplo de la PAH es perfecto para explicarlo.

LMS. ¿Qué son los determinantes sociales de la salud?
AM. No soy una experta en determinantes de salud. Os recomiendo que recurráis a cualquier trabajo de Joan Benach. En todo caso, en síntesis podríamos decir que en nuestra salud no sólo influye el sistema sanitario, también son fundamentales la vivienda, las condiciones de empleo, el entorno familiar y educativo, el nivel socioeconómico, el género, etc. Hay que distinguir la salud de la sanidad. Hasta ahora, con los recortes en los hospitales y en los centros de atención primaria, nos estábamos refiriendo a la sanidad, pero la salud engloba muchos otros factores. Los pobres no solo mueren más, sino que además mueren peor. No es casual que en las zonas más pobres haya más hipertensos, más diabéticos… no porque coman menos sino porque comen peor, porque tienen que priorizar su hipoteca o no tienen tiempo para cuidar de su salud. Tienen menor percepción de su salud, menor conciencia de la misma. Hay ejemplos muy cercanos y sencillos, a la vez que terribles: la esperanza de vida de un vecino de Pedralbes en casi diez años mayor que la de uno de Nou Barris. A los grandes popes de la medicina moderna y a los adalides de la “modernización del sistema”, que tanto se jactan de que sólo tienen en cuenta las propuestas basadas en la evidencia, aquí tienen una evidencia. Lo que les falta es, tal vez, “videncia”.
Hago un paréntesis para poner un ejemplo: cuando se lanzaron las Entidades de Base Asociativa en Barcelona (que permitieron a médicos inversores adjudicarse centros de salud pertenecientes a la red pública), fue casualmente en los barrios más ricos donde se llevó a cabo con más ahínco. Ello pone de manifiesto dónde tenían más oportunidades de negocio estas entidades con ánimo de lucro. El 33% de los pacientes de las EBAS tiene doble cobertura frente al 8% del resto de CAPs. Las EBAS están situadas, principalmente, en zonas muy estratégicas. Dónde van a poder ser más eficientes, es decir, hacer mejor negocio? En una zona de ricos, con doble cobertura… para las “tonterías” se van a la privada
Muchos se apresuran a concluir: entonces que los ricos se paguen la sanidad y que para el resto sea pública. Se equivocan. Primero, por una cuestión de equidad y, segundo, porque al pijo le gusta evitarse las listas de espera y tener una habitación individual con vistas al mar, pero si tiene que escoger entre eso y no morirse de una enfermedad grave, no dudará y acudirá a la pública. En resumen: todos podemos vernos, antes o después, afectados por los recortes y privatización de la sanidad pública.

LMS. ¿Crees que es consecuencia de que el modelo es muy asistencialista, con poco énfasis en las medidas enfocadas a la medicina preventiva?
AM. Ahora nos quejamos de eso, no hemos hecho educación sanitaria ni programas de educación, se ha adelgazado la atención primaria en lugar de robustecerla y la prevención brilla por su ausencia. Es parte de la estrategia neoliberal. Sin programas de educación en salud y prevención conviertes a la población en más dependiente del sistema sanitario. Después, ya puedes culpabilizarla y responsabilizarla. Además, con un sistema preventivista, la industria farmacéutica dejaría de ganar mucho dinero. Hemos convertido a la población en individuos dependientes para poder pedirles que se corresponsabilicen, sobre todo económicamente, obviando completamente los determinantes sociales y acusándolos de abusones que demandan a la primera de cambio. Nos quejamos del sistema. Pues es el mismo sistema que ha provocado esta situación.

LMS. Ahora que comentas que en ocasiones los ricos también prefieren la sanidad pública: este mismo mes, el Parlament ha solicitado una investigación en profundidad de la actividad de Barnaclínic, la parte privada del hospital Clínic. El desencadenante fue una demanda de la patronal de centros privados sanitarios, que acusaba a Barnaclínic de competencia desleal.
AM. Sí, es muy paradójico que quien levante la liebre sea la propia patronal. Sobre todo si tenemos en cuenta que el actual conseller de Sanitat, Boi Ruiz, fue durante largos años director y después presidente de la Unió Catalana d’Hospitals, principal lobby de la patronal privada. No es la primera vez que se pone a Barnaclínic en tela de juicio. El informe de la sindicatura de cuentas de 2012 reveló una deuda importantísima hacia el hospital, cuando la justificación que tienen en boca sus defensores a todas horas es que la actividad privada, no sólo no implica un conflicto ético aunque se dé en las mismas instalaciones, con los mismos recursos y por parte de los mismo profesionales, sino que ayuda a hacer menos deficitaria la asistencia pública porque los beneficios revierten en la actividad pública del hospital. Aunque el actual director general, el Dr Josep Maria Piqué, lo ha repetido hasta la saciedad en diferentes charlas para calmar a los trabajadores, no ha mostrado ni un solo dato convincente que explique, por ejemplo, los sueldos de los principales dirigentes de Barnaclínic y sus vínculos con la junta de patronato del hospital. En todo caso, la investigación a Barnaclínic y su aparición en los medios ha supuesto un verdadero varapalo al ejemplo paradigmático de privatización encubierta que caracteriza al actual modelo sanitario catalán. Mientras tanto, se está sacando a concurso la compra por parte de capitales privados de veinte centros de atención primaria, este año se han operado más de 17.000 pacientes procedentes de la sanidad pública en centros de IDCSalud, que en 2013 facturó 127 millones de euros a la Generalitat, y suma y sigue. CiU, con la ayuda por omisión de ERC, está en plena carrera por completar su modelo antes de las próximas elecciones.

LMS. ¿Podrías resumir en qué consiste la estrategia de CiU?
AM. Es a la vez muy simple y muy complicado. Simple porque en esencia lo que se pretende es sacar tajada de algo que es un derecho universal y, por tanto gratuito; pero a la vez complejo, porque no es una ocurrencia de ahora. No es que, de repente, cuatro iluminados de derechas se hayan despertado y se hayan golpeado la frente recordando los donuts olvidados sobre la encimera de sus ostentosas casas, no: llevan intentándolo más de treinta años, pero hasta ahora la “correlación de debilidades” sólo les ha permitido hacerlo de forma sibilina, disimulada, encubierta por rebuscados acuerdos y triquiñuelas legales. El objetivo es doble: destruir lo público, no por placer si no por interés, parasitarlo, exprimirlo, y convertir la salud en una mercancía con la que poder hacer negocio. Las estrategias van por fases, la primera es destrozar lo público, recortando, adelgazando el presupuesto con las razones más peregrinas, precarizando el trabajo, robando la dignidad, hundiendo la calidad. Después habrá que vender en todos los foros y de todas las maneras posibles que lo privado es más eficiente (y limpio, y educado, y huele mejor, y hay más famosos). Es una guerra de propaganda en la que el enemigo tiene el poder de quitarte los fondos y usarlos en su beneficio, mientras les mina la moral a tus tropas.

LMS. ¿Cómo? ¿De qué manera se mete a los nuestros en el bolsillo?
AM. Responsabilizando o, más bien, acusando, a las personas enfermas de estarlo. Tiene que ser conscientes (sic) de sus propios procesos de salud y enfermedad y, por lo tanto, entender la necesidad y arrimar el hombro para procurar la sostenibilidad del sistema. Se engaña al ciudadano haciéndole creer que se le otorga un papel relevante de decisión y autonomía, cuando en realidad se lo está convirtiendo en una mercancía con la que hacer negocio. Esta vuelta de tuerca se completará con la aplicación del proyecto Visc+, que le va a vender los datos clínicos de los pacientes del sistema catalán de salud a empresas aseguradoras y farmacéuticas multinacionales que, analizando esos datos, pondrán el precio que más les convenga a las pólizas y fármacos que nos endosarán en la siguiente fase. <<No señor, a usted la póliza le sale el doble de cara>>, <<¿Por qué?>>, <<Porque fumó hasta hace 20 años>>, <<Cómo lo sabe, si no se le he dicho?>>, <<Lo pone aquí>>.

LMS. ¿Y cómo es posible con la que está cayendo que la respuesta popular sea tan tímida?
AM. La debilidad de las luchas sanitarias es un fiel reflejo del modelo sanitario catalán, muy desagregado y confuso (titularidad pública del ICS con sistemas mixtos, entes de colaboración privada, las privadas con lucro…). La constitución de la respuesta frente al mismo no ha partido de una marea ciudadana transversal. En los centros sanitarios, la implicación de los trabajadores es muy desigual. En comparación con las luchas de Madrid, aquí hay hasta ahora (el 28 de febrero se constituyó la marea blanca en Catalunya, agrupando a todas las plataformas y colectivos en lucha) un crisol fragmentado de luchas, en la que los ciudadanos y profesionales han coincidido poco. Es verdad que en Madrid fue tan brutalmente abrupto, que la reacción generada fue más compacta y enérgica…

LMS. ¿Qué finalidad persigue en este contexto el plan de reordenación territorial y asistencial (RAT)?.
AM. Con la excusa de repartir de manera equitativa la baja/moderada complejidad y la alta complejidad entre los centros de tercer nivel de Catalunya, lo que se ha hecho ha sido desviar la actividad más lucrativa (la de baja complejidad) hacia el ámbito privado (esencialmente IDCSalud), y la de alta complejidad, mucho más cara, a los grandes centros públicos. Lo peor es que la justificación del plan, en el contexto del plan estratégico de sanidad 2011-15, se basaba en una evidencia contradictoria hasta el tuétano: en el mismo informe figura que Catalunya estaba excepcionalmente bien situada en el conjunto de Europa en aspectos como el porcentaje de hospitalizaciones, el uso de fármacos, el funcionamiento de la atención primaria, por no hablar de la esperanza de vida, que era la mejor. Pocos años después, ésta ha caído estrepitosamente, se ha hecho todo lo contrario a lo que había que hacer (fortalecer la primaria y la educación sanitaria, entre otras cosas), y se han aplicado medidas injustificables para enviar cada vez más pacientes a la privada mientras se cierran pacientes en la pública. Miles de usuarios se han quedado sin especialista, las listas de espera han aumentado en lugar de disminuir, y un largo etcétera de catástrofes y situaciones demenciales propias de un país de pandereta. El objetivo último, como digo, es la reorganización de zonas de para agrupar áreas que se gestionaran desde una misma unidad, con el objetivo final de vender o privatizar estas unidades.

LMS. ¿Qué hay detrás del copago?
AM. Repago.

LMS. ¿Vamos hacia un modelo como el estadounidense?
AM. No exactamente. Siempre digo que es un tremendo error poner el ejemplo estadounidense como el futuro de nuestra sanidad. Aquí es más perverso. Es el negocio redondo para los que se están lucrando: cobertura universal con financiación pública (es decir: todo hijo de vecino es cliente potencial, a excepción de algunos colectivos, como los inmigrantes sin papeles), pero con un porcentaje cada vez mayor de mercantilización de los servicios. Un ejemplo: un paciente consulta en urgencias del Hospital Clínic por una neumonía. Es atendido, y al cabo de pongamos, 14 horas, es derivado al Hospital Sagrat Cor de IDCSalud, donde pasa 48 horas y es dado de alta precozmente. El paciente, al llegar a casa, se complica porque el alta era prematura. Probablemente consulte (o la ambulancia lo lleve por orden “de arriba”) al Clínic o, en caso de que llegue al Sagrat Cor, lo derivarán al Clínic. Además, el precio que IDCSalud cobra cada día a la Generalitat por tener al paciente es casi un 50% más de lo que se le paga a un centro público. Es el negocio perfecto: monopolio con colaboración pública. Infalible.

LMS. Según tú, ¿qué papel debería jugar el estado en la gestión de lo público?
AM. Dos matices: prefiero hablar de lo común más que de lo público. Esto último es lo que se gestiona desde las administraciones, mientras lo común se refiere a aquellos bienes que son de todos y deberíamos poder gestionar entre todos con participación y democracia directa. En realidad, aunque diga esto, no me considero una anarquista (en realidad, prefiero no etiquetarme; se es más libre), pero no soy defensora del papel del estado en la gestión de los bienes comunes. En la fase en la que estamos ahora, en la que se trata de recuperar lo que nos han quitado, lo prioritario es devolver a la esfera pública por lo menos lo que es común y gestionarlo con transparencia.

LMS. En el caso de que los bienes comunes se administrasen a partir de la intervención más activa de la ciudadanía, ¿no deberíamos ser todos mucho más responsables? (eso, al menos, será lo primero que te espete quien se sostenga en el paradigma antropológico liberal).
AM. No creo que me rasgase las vestiduras para tratar de convencer a un tipo así. En todo caso, para no alargarnos, diré que no es lo mismo participación que administración, igual que no es igual ser responsables que corresponsables.

LMS. Con la Ley General de Sanidad de 1986, durante el primer gobierno socialista, ¿hubo una intención real de crear una ley sanitaria que buscaba que la sanidad fuera realmente común, pública, y después no pudo ser? ¿O crees que era una estrategia desde el inicio para generar un sistema universal pero mixto, y que después ha devenido en algo cada vez más privado?
AM. Esa ley tuvo vigencia real 2 o 3 años, luego surgieron informes Abril y otros tantos peros a la idea inicial… estuvo bien como punto de partida, pero no fue más allá. Creo que si se intentó en algún momento, la insistencia se esfumó rápido.

LMS. ¿Cuáles son las vinculaciones entre el poder político y el poder económico en el proceso de privatización de la sanidad?
AM. Dilucidar este punto es el objetivo principal de mi tesis doctoral. El ejemplo más claro son las puertas giratorias, como la que hemos comentado antes del antiguo director general del Clínic. Os recomiendo el video Quién manda en la sanidad de Catalunya de la PARS. En la sanidad catalana, en lugar de puertas giratorias podríamos hablar de autopistas de oro. Antes de abandonar sus cargos políticos ya están en consejos de administración de grandes empresas del ámbito de la sanidad. Es el ejemplo de Josep Prat, Josep Maria Padrosa (el anterior y actual directores del sistema catalán de salud, respectivamente), Boi Ruiz y una larga, larguísima lista. Además, se ven implicados grandes financieros como Isidre Fainé (“La Caixa”), bufetes de abogados, periodistas y por supuesto, la tercera pata del chiringuito de la sanidad privada: el poder mediático. Montamos el modelo y lo difundimos a través de los medios de masas. ASISA lo dice bien claro en su eslogan: <<nuestro beneficio es tu salud>>.

LMS. ¿Te parece que la participación de grandes empresas catalanas en este proceso no ha sido criticada duramente cuando ha salido a la luz porque las mismas han contribuido a generar la imagen ad hoc de la “nació catalana” que defiende Mas y que parece no repugnar demasiado a ERC?
AM. Es un fenómeno muy complejo: generar una conciencia nacional catalana, en la que han conseguido insertar con la aquiescencia de la izquierda, la mentalidad neoliberal en casi todos los ámbitos con la excusa de que <<será mejor que estar al servicio de Madrid aunque tengamos una sanidad privada>>, ha funcionado, pero con sus contradicciones. No obstante, sí creo que el soberanismo sirve como cortina de humo al austericidio y mercantilización de la sociovergencia y ERC. Las competencias en sanidad se transfirieron en 1981, y ahora nos venden la moto de que la reducción de 1500 millones del presupuesto en sanidad durante sus cuatro años de gobierno es culpa de que hay maltrato fiscal impuesto por el gobierno central, que son antiindependentistas y antidemocráticos. No se lo creen ni ellos ni Rajoy, que se ha prestado encantado a seguirles la farsa.

LMS. Curiosamente, el partido que más está haciendo porque se investigue el fraude sanitario son las CUP.
AM. Totalmente cierto. En ese aspecto, nada que reprocharles. Me siento muy afín a la CUP en su programa social. Ello no quita que tenga mi opinión sobre su concepción nacional y sobre a quién le tienden la mano en su afán por priorizarla constantemente por encima de todo. Me gustaba el lema “Independència per a canviar-ho tot”, pero sigo pensando que levantar una frontera y decir que así serás libre, es un oxímoron “como una catedral”. La base social y el discurso social que tienen lo suscribo 100% pero cómo lo pretenden llevar a cabo y con quién se alían creo hace que se diluya su programa y su sentir de izquierdas. En cierta manera, siento que están priorizando la independencia por encima de la izquierda. Sin embargo, Esquerra Republicana de Catalunya, es todavía peor. Aunque ya sabíamos que no eran de izquierdas de antemano. Las CUP, es verdad, defienden mucho la clase trabajadora, se ponen de su lado, pero lamentablemente creo que quien se lleva “al bolsillo” a la clase trabajadora fue el PSC antes de devenir lo que son ahora y Podemos o Podem en la situación actual. El cinturón rojo no es de las CUP, por mucho que se empeñen. Las CUP se nutren básicamente de los hijos díscolos de la burguesía (me lloverán las críticas por esto): universitarios, básicamente, en barrios como Gràcia o Sants, mientras la currante, la clase obrera real, el Hospitalet, Cornellà, Nou Barris… es la de los Podem y los Guanyem en general (bueno: el que tiene más o menos algo de consciencia de clase, porque muchos se desentienden o votan a la derecha). No ha existido independentismo popular como fenómeno de masas; no ha habido obreros independentistas nunca! El noi del sucre no era independentista, ni la CNT, ni el PSUC de la guerra civil, ni el POUM. Els segadors, por mucho que se empeñen, no es un himno independentista, es un clamor popular – catalanista, sí- contra el sistema feudal. Los independentistas eran los burgueses de Cambó.

LMS.¿El 15M ha permitido legitimarse a la izquierda vistiéndose de deseo ciudadano (hablamos de Podemos, claro)?
AM. Para mí el 15M fue un despertar colectivo, desorganizado y precioso, que ha permitido romper con determinados anatemas. No es que sea muy fan de Podemos, pero sí que entiendo el abandono del discurso derecha-izquierda por el del 99% vs. 1%. Hay que cambiar el discurso de vez en cuando. El 15M sentó esas bases. No es lo mismo que lo que propugna Podemos, por mucho que se esfuercen en erigirse como la cristalización de la indignación en las plazas, porque allí gritábamos <<no nos representan>> y ahora nos representan ochocientos. Quizás más que recoger el espíritu del 15M lo han electoralizado. Me acuerdo de una señora al principio del 15M que dijo <<vosotros sois los políticos del futuro>>, pensaba que no se enteraba de nada, pero vaya si tenía razón la señora… lamentablemente.

LMS. Quizás también la clave es que para cada <<no nos representan>> había un significado diferente. Para unos era un hartazgo de la clase política, para otros de los partidos de aquel momento… Y Podemos ha conseguido dar la vuelta a ese discurso y volverlo exclusivamente contra el bipartidismo y no tanto contra el sistema de representación, ¿no?
AM. Este es otro de los riesgos que yo le veo a los nuevos partidos, que no me gusta tener que llamar partidos: que, de hecho, a veces parece que se han conformado con cambiar la cara o presentarse como la pureza delante del sistema bipartidista corrupto, que nadie puede negar que lo es. Me da miedo que se produzca la segunda transición española y volvamos a un sistema de representación partidista en el que damos un cheque en blanco cada cuatro años y no hay cambio de conciencia en la participación y en el ejercicio de un verdadero sistema democrático

LMS. Últimamente se ha hablado mucho de la “Hipótesis del Comunismo Ninja™” en Podemos, es decir, que son gente de izquierda radical que se han dado cuenta que hay que utilizar las herramientas que hay para llegar al poder y a partir de ahí defender una serie de cosas porque no se podrá superar la esfera neoliberal por la correlación actual de fuerzas, ¿te parece descabellada? ¿Cierta? ¿Es viable? ¿Se puede hacer una pedagogía desde arriba para cambiar las cosas?
AM. Creo que lo de pedagogía desde arriba duele a los oídos. La pedagogía se hace desde abajo. No tengo una opinión clara sobre esto, porque recibo mensajes divergentes desde gente muy diferente a la que respeto mucho. No tengo claro que haya que llegar a las instituciones para dinamitar el poder, pero tampoco que se pueda hacer desde fuera. Creo que Podemos es, en el momento de emergencia actual, “el mal menor”.

LMS. Pero tú le recomendarías a un ciudadano de a pie que se ve afectado por los recortes…
AM. …que vote a Podemos? Sí, ¡claro! ¡Votadles! ¡todos! Los males menores a nivel estatal son Podemos y “hasta” IU. O los “Ganemos” municipales. No es que me convenzan absolutamente. Lo que yo querría no es un sistema de representación política, pero “ahora” no me voy a poner muy pejiguera con esto. Los “otros” nos están matando, literalmente…

LMS. Pero Podemos se ha constituido como una agrupación de gente que se ha movilizado y activado, ¿no? O por lo menos en eso basan su autojustificación.
AM. Yo le veo, por supuesto, las potencialidades. Pero hace falta lucha popular y movilización social más allá de que se vote a Podemos, y de momento, lo que sé es que la movilización social ha caído en picado desde que se supone que hemos “asaltado las instituciones”. Existen iniciativas más radicales incluso a nivel de representatividad en las instituciones burguesas, como la que fue la Demo4.0, que reclama la cuota de representación para cada una de nosotras: . De eso me enamoré completamente. Habrán de pasar años para que quizás podamos ver algo similar.

LMS. ¿Piensas que no debe de haber ninguna representación a ningún nivel?
AM. No, no creo eso exactamente. Por eso digo que vivo en una constante contradicción. Te vuelvo a poner el ejemplo de los bienes comunes. Los asuntos que nos afectan a todos deberían poder decidirse entre todas. Yo no puedo delegar mis opiniones sin condiciones por siempre y para siempre en otra persona. Hay cosas de tal importancia que deberían ser consultadas siempre. No conozco a fondo el programa de Podemos, pero no sé si a nivel de calidad democrática y de participación -no solo de cara a la galería- tiene una buena posición respecto a eso. Tal vez sean las prisas, o la potenciales “responsabilidades de gobierno”. Repito que, ahora estamos en una situación muy crítica, y la prioridad es que dejen de matarnos. Pues, bien, mamá, abuela: votad a Pablo Iglesias. O a Ada Colau, en Barcelona.

LMS. ¿Qué perspectiva ves para los próximos cinco o diez años? Pon un vector encima de la mesa.
AM. Tengo miedo de que si hay un cambio de gobierno la gente se moverá menos. Puede haber cambios en general si se completa el tan cacareado fin del bipartidismo; básicamente en cuanto a ponerle fin a las medidas de austeridad, que es lo más urgente. De todas formas, el mismo capitalismo acabará con la austeridad porque después de tantos años de acumulación sin trabas puede permitirse aflojar la soga unos años para seguir con “su paz social”. No sé a qué situación abocará eso en Europa, pero el cambio más profundo que se necesita no será en diez años. Me preocupa que dentro de treinta años nos demos cuenta de que volvemos a estar de nuevo al principio, o al final, según se mire, de una nueva transición democrática que en el fondo encubra un nuevo ciclo del capital. Habremos perdido el tiempo de nuevo y tendremos que andar otra vez ese camino. Y la incertidumbre estará ahí de nuevo: hoy que se puede, ¿cogemos un poco, o nos preparamos para cogerlo todo mañana?

LMS. ¿Qué hacemos?
AM. No tengo recetas. Dentro de poco, como sigamos así, nadie las tendrá…

LMS. ¿A qué persona nos recomiendas que entrevistemos para averiguar más cosas sobre el proceso de privatización de la sanidad?
AM. Os recomendaría a muchas personas. Mis maestras, con mucho cariño: Clara Valverde y Jesús Blanco.

LMS. ¿Cuáles son tus mares del sur y qué música o literatura te llevarías?
AM. Mi nuevo hogar en la montaña, a casi una hora del bullicio de Barcelona. Allí os pondría “Llegan voces”, cantada por Carmen Martín, y os daría a leer “Por qué la austeridad mata” de David Stuckler y Sanjay Basu.

LMS. Muchas gracias, Ana.

 
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Publicat per a 10 Abril 2015 in Salut

 

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El proceso de privatización del Hospital Clínic de Barcelona

El proceso de privatización del Hospital Clínic de Barcelona: un largo concierto para sordos y ciegos

Plataforma Tancadaclínic
Visto en Rebelión

 

Mobilització al Clínic. Foto: Zé Moreira

Mobilització al Clínic. Foto: Zé Moreira

1. Introducción

El Hospital Clínic de Barcelona es el paradigma de lo que se ha venido llamando la “vía lenta” del proceso de privatización del sistema sanitario público en España (1), que, a diferencia de lo acaecido por ejemplo en la Comunidad de Madrid, donde se implementaron transformaciones de forma abrupta, es el modelo que se ha seguido en Catalunya desde hace más de treinta años. En el caso del Clínic, veremos cómo el solapamiento de una titularidad pública compartida y una gestión mixta con actividad parcial privada y la introducción paulatina de elementos de mercantilización en los ámbitos asistencial, de investigación y académico, han revestido al centro de la condición de “objeto deseado” del que sacar provecho económico y legitimidad profesional para acceder a las tan bien conocidas, a estas alturas, “puertas giratorias”. Es innegable que gozar del prestigio de haber sido el centro pionero en trasplantes, ser referencia en técnicas quirúrgicas no invasivas o el mejor centro hospitalario del estado en investigación biomédica, sin olvidar la asistencia a ciudadanos “ilustres” como Juan Carlos de Borbón o Esther Koplowitz, hacen del Clínic una mercancía fácilmente vendible y una tentación para todo empresario.

Todo ello será comentado con mayor detalle a lo largo de este artículo, pero antes conviene exponer sucintamente el desarrollo histórico del hospital para entender mejor cuáles han sido los hitos en su organización y gestión que explican las actuales circunstancias.

2. Cambios en la organización y titularidad del Hospital Clínic que han abocado a la situación actual.

La construcción del edificio cuya localización en el Ensanche de Barcelona ocupa hasta hoy el Clínic data de 1906, estuvo desde su inicio vinculado a la facultad de medicina de la Universitat de Barcelona, que sigue siendo propietaria del terreno y gran parte del patrimonio arquitectónico del hospital. Por aquel entonces era un hospital dedicado fundamentalmente a la atención de pacientes pobres, en el que los médicos no cobraban por su trabajo y la labor de enfermería era llevada a cabo por monjas. El Dr Valentí Carulla, abuelo del Dr Valentí Fuster, cardiólogo eminente y anterior presidente de la World Heart Federation, convenció a la administración contemporánea de invertir en recursos para optimizar el tratamiento de sus pacientes, logrando avances notorios. Durante la guerra civil, el servicio de urgencias del Clínic, a cargo del Dr Moisés Broggi, fue el único que permaneció abierto en Barcelona. La organización posterior del hospital correspondió a la estructura clásica en cátedras, centradas en grandes personalidades médicas, muy jerarquizadas y atomizadas. Ello no impidió que en el Clínic se llevaran a cabo por primera vez en España trasplantes de riñón, médula ósea y páncreas.

La vocación del hospital fue eminentemente asistencial hasta finales de los años setenta, cuando, tras una relativa apertura del sistema de contratación inducida por un intenso movimiento de protesta de los facultativos en 1971, tomaron las riendas Cristóbal Pera, Ciril Rozman y Miguel Asenjo, que agruparon servicios y crearon la figura del director técnico, enfatizando la “gestión clínica” del centro, que tanta importancia ha tenido en su devenir. Poco después, se introdujo la figura del director médico, que ocupó durante largos años Joan Rodés, a quien nombraremos más adelante. En esos años se creó el Comité de Delegados Médicos, que hasta día de hoy sigue siendo el único órgano sindical para los facultativos y cuya medida inicial fue establecer el convenio colectivo para los médicos. Asimismo, el sindicato creó los premios de fin de residencia y los años sabáticos dedicados a la investigación en centros extranjeros. Sólo a partir de los años ochenta, con la creación del Sistema Nacional de Salud y la Ley General de Sanidad, se inicia el proceso de profesionalización del personal de enfermería y su sindicación, así como el de otros colectivos de profesionales sanitarios. Se puede comprender fácilmente por qué hasta la fecha, la fragmentación entre compañeros ha sido la norma de la actividad laboral.

La reorientación del hospital hacia una vertiente investigadora se fue dando durante los años ochenta, teniendo como punto álgido la creación en 1989 de la Fundació Clínic per a la Recerca Biomèdica, cuyo objetivo principal es forjar alianzas empresariales y conseguir financiación pública o privada para la investigación. La creación del Institut d’Investigacions Biomèdiques Pi i Sunyer (IDIBAPS) culmina el proceso de consolidación como centro investigador de referencia.

En cuanto a la actividad privada, en 1989 se creó CrioBarna, el precursor de Barnaclínic, que se constituyó en 2001. En 1994 inició su actividad la Transplant Services Foundation, fundación “sin ánimo de lucro” que, sin embargo, antes de que la Generalitat decretase su disolución y traspaso de funciones al Banc de Sang i Teixits (BST) en 2012, había facturado varios millones de euros a través de participaciones de Barnaclínic (2).

La titularidad del Clínic ha sufrido diversos cambios a lo largo de su historia, lo que, no obstante, no ha afectado a su carácter público hasta fechas recientes. Desde su fundación hasta 1952 el hospital se financió a partir de ingresos provenientes del Estado, la Diputación, el Ayuntamiento y la llamada “caridad privada”. Debido a su crecimiento, los gastos y con ello el déficit, aumentaron considerablemente. Por ese motivo, a principios de la década de los cincuenta un Decreto de la Presidencia del Gobierno aportaba una posible solución: transformar el Hospital Clínic en “Clínic i Provincial”, añadiendo a sus funciones de docencia, práctica e investigación las de beneficencia que debería haber ejercido un inexistente hospital provincial (3). En ese momento se creó una Junta de Patronato presidida por el gobernador civil de Barcelona y con el presidente de la Diputación y el rector de la Universidad como vocales, pasando a ser un rara avis entre las entidades de derecho público. En 1983 el Hospital Clínic devino en hospital concertado, pero con un concierto diferente (con tarifas y pagos mucho menores) que pretendía aprovechar el sistema de subvenciones, y se integró a la XHUP (Xarxa d’Hospitals d’Utilització Pública). Sin embargo, la deuda aumentaba y en ese momento empezó a funcionar la “sociovergencia” en el ámbito de la sanidad, aprovechando las transferencias en salud a Catalunya para poner las bases de la futura privatización. En la década de los noventa, el patronato estaba en manos de profesionales afines alPSC, quienes tuvieron que ponerse de acuerdo con CiU, ya gobernando la Generalitat, para poner en marcha el Plan de Actuación, que debía resolver la financiación del hospital y la definición del nuevo patronato, que incluiría ala Generalitat. Mientras tanto, la deuda del Clínic por el impago de cuotas al Estado estaba provisionada en las cuentas de éste como «no cobrable» (3). Las propuestas de solución del Plan de Actuación eran modificadas constantemente, en función del interlocutor de turno de la Generalitat. Tampoco se había llegado a un acuerdo entre las instituciones sobre el tipo de entidad (Consorcio, Fundación, etc.) y la composición del futuro Consejo de Administración del hospital. En 2003 el gobierno catalán avanzó en su proyecto de “Modelo Sanitario Catalán”, que pretendía el control directo de los hospitales concertados, introduciendo cargos políticos en sus órganos de gobierno. En 2009 finalizó el proceso de transferencias del Estado a la Generalitat, por lo que el primero “condonaba la deuda” que tenía el Clínic y dejó de formar parte del patronato, que quedó constituido teóricamente por representantes de la Generalitat, la Universitat de Barcelona y trabajadores del hospital. De facto, seguía formado por una camarilla de menos de 12 personas pertenecientes a la“aristocracia médica” del hospital y altos cargos políticos con evidentes conflictos de interés. Por aquel entonces, siendo el director general del Clínic Ramón Belenes (PSC), actualmente director de innovación de IDC Salud (antes Capio) tras su cese en 2011, se firmó una “alianza estratégica” con el Hospital Sagrat Cor, que poco después sería adquirido por la propia IDC Salud (4). En 2013 se trató de privatizar la gestión del hospital, atrayendo a capitales extranjeros y tomando como patronesa la John Hopkins University (EEUU) y al Karolinska Hospital de Estocolmo (5), pero el proceso se frenó debido a que la presión ciudadana forzó al Parlament, a pesar de que el Dr Antoni Trilla, director de calidad del hospital y también presidente del Consejo de Administración de la Agencia de Información, Evaluación y Calidad en Salud de la Generalitat, consideraba que el proceso era transparente e intachable (sic). Actualmente está en marcha otro intento de privatización encubierta con el formato de consorcio público (regido por derecho privado).

3. La élite médica como palanca privatizadora.

Desde que a finales de los años setenta se abogó por la“gestión clínica”, es decir, poner el poder de decisión y planificación en manos de un grupo reducido de médicos, los esfuerzos por legitimar un modelo de financiación basado en la colaboración empresarial, introduciéndose de manera progresiva plataformas en manos de holdings y compañías farmacéuticas, se han multiplicado. El proceso de cambio organizativo se vio fuertemente impulsado en el año 1995 con el diseño e implantación del Proyecto Prisma, realizado en colaboración con una empresa consultora privada (Coopers & Lybrand) (6). Desde entonces, estas “cabezas visibles” se han pronunciado incansablemente en todos los foros a los que han podido acceder (7). Fomentan un modelo de asistencia altamente compleja, muy especializado, olvidando la prevención y la atención primaria y por tanto promoviendo las desigualdades en salud desde su concepción. Paradójicamente, el actual director general del hospital, Josep Maria Piqué, lleva años predicando que “ya no podemos pagarlo todo a todos, eso está claro” (8), como si se tratase de una verdad científica, no ideologizada, y obviando los estudios serios que demuestran que la sanidad privada no mejora los resultados clínicos ni la eficiencia, sino todo lo contrario (9-11). En Catalunya estamos a la espera de conocer los resultados del estudio impulsado por múltiples plataformas en defensa de la salud pública y coordinado por el profesor Joan Benach del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud (GREDS-EMCONET) acerca del impacto de las políticas de austeridad y privatización (12). No se esperan resultados alentadores para la salud pública.

Los conflictos de interés, las relaciones opacas y las puertas giratorias han sido la norma en todo momento desde que se adoptó el nuevo modelo de gestión. Un claro ejemplo es el de Ramón Belenes, citado más arriba, pero también podemos citar el de Joan Rodés, antiguo director general del Clínic, recientemente galardonado con la Medalla de Oro de la Generalitat, y a la sazón director del Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C, que es a su vez Presidente Científico de la Fundación Pfizer, compañía farmacéutica que tuvo en el mercado fármacos para tratar la hepatitis C, y se vio involucrado en la quiebra de la fundación Instituto de Alta Tecnología del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, que tras ser presentada como modelo de éxito de la colaboración público-privada, en 2011 solicitó concurso de acreedores dejando un agujero superior a los cinco millones de euros. El peritaje judicial confirmó el trasvase de recursos de la fundación al holding privado CRC Corporación Sanitaria (13). Otro caso es el de Xavier Pomés, presidente del patronato del Clínic desde 2011 y a la vez presidente de la Fundación de Gestión del Hospital de Sant Pau y delegado de la Curia general de la Orden Hospitalaria de Sant Joan de Déu (14).

Estos altos cargos, con sueldos superiores a los 150.000 euros anuales (2), propugnan un modelo en el que la actividad privada en el seno de la pública (Barnaclínic), los “regalos” hechos por pacientes “benefactores” (como el Edificio Esther Koplowitz) o las colaboraciones “altruistas” (como la que se lleva a cabo en el centro de investigación de malaria en Mozambique a cargo de Pedro Alonso con la Bill & Melinda Gates Foundation y GlaxoSmithKline) son la única manera de compensar la supuesta ineficiencia del sistema público.

En las últimas semanas, el “caso Barnaclínic” ha captado el interés de los medios de comunicación, después de que, tras la demanda interpuesta por la patronal Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES) en julio de 2014 (15), que acusaba a la Barnaclínic de competencia desleal, se aprobó con los votos a favor de todos los grupos excepto la abstención de CiU el cese cautelar de la actividad. Sin embargo, el conseller de Sanidad Boi Ruiz desoyó tal dictamen y limitó las medidas a una investigación por parte del Servicio Catalán de Salud (16). Desde entonces, el director general, Dr Piqué, se ha dedicado enérgicamente a desmentir que existan conflictos éticos por el uso simultáneo de recursos, espacios y personal, la asistencia a pacientes sin cartilla sanitaria mientras se les deniega a los que no pueden pagar o la priorización en las listas de espera, mientras repetía sin tregua que los beneficios de Barnaclínic revierten en su totalidad en la parte pública del hospital (17). Sin embargo, los datos desmienten tales afirmaciones. El informe de la sindicatura de Comptes sobre la actividad de Barnaclínic del año 2009 demostraba que el ente privado arrastraba una deuda para con la parte pública de más de 150.000 € (18) y recientemente se ha publicado que la deuda ascendía a más de 1.200.000 € a finales de 2013 (19). Por mucho que se esmeren los insignes investigadores en defender que Barnaclínic es el tipo de colaboración público-privada que nuestro país necesita para afrontarla crisis económica (20), la verdad es terca y se mantiene ahí, esperando a ser desvelada muy a pesar de sus intereses (en el caso del artículo citado, el último firmante ha sido director médico de Barnaclínic y es el jefe de medicina interna -¡y no declara conflictos de interés!-).

4. El imbricado proceso de austeridad-privatización.

La característica más resaltable del proceso privatizador de la sanidad en Catalunya es sin duda lo subrepticio de su implementación. Aunque en el último año se han acelerado los tempos para poder dejarlo “atado y bien atado”, sin que haya retorno posible, antes de las próximas elecciones autonómicas, en general las medidas privatizadoras se han aplicado mediante estrategias legales refinadas y aludiendo a la inevitabilidad de tales medidas debido a la crisis económica, cuando no a las “imposiciones del Gobierno central” (cabe recordar que los recortes en sanidad se iniciaron en Catalunya antes que en cualquier otro lugar del Estado español por iniciativa del ejecutivo de Artur Mas). La estrecha participación entre políticos, empresarios, gestores, juristas y medios de comunicación (sin ir más lejos, el pasado jueves 5 de marzo, la televisión pública catalana, TV3, emitió un debate sobre sanidad donde todos los invitados habían sido seleccionados para dar una visión unilateral: “se está haciendo lo correcto”) ha permitido que los acuerdos hayan pasado relativamente desapercibidos para la ciudadanía. Hasta que la gente ha empezado a sufrir las consecuencias en primera persona.

En el caso del Clínic, entre el 2011 y el día de hoy se han cerrado más del 10% de quirófanos y unas 150 camas, mientras no se renovaba el contrato a muchos profesionales y muchos otros se iban al extranjero. Mientras tanto, siguiendo con la “alianza estratégica” con IDC Salud se envía un mínimo de 11 pacientes diarios desde urgencias al Hospital Sagrat Cor, se destina a cirujanos (vasculares, cardíacos y traumatólogos, en su mayoría jóvenes que al manifestar su rechazo fueron “acallados” por el Comité de Delegados Médicos y amenazados con sanciones desde la Dirección Médica) a operar los pacientes que se habían quedado en lista de espera por el cierre de quirófanos en el Clínic a ese hospital y el Hospital General de Catalunya, también de IDC Salud. El proceso de transferencia de recursos y pacientes a hospitales del gigante monopolista ha recibido un espaldarazo con la aplicación del plan de Reordenación Asistencial y Territorial (RAT), que ha sido la herramienta perfecta para desproveer los hospitales concertados de la XHUP y nutrir opíparamente a los centros privados. El área de influencia del Clínic, que hasta su aplicación era de más de medio millón de habitantes, ha pasado a ser la mitad, repartiéndose entre el Sagrat Cor y el Hospital Platón, ambos privados, la otra mitad. El Clínic sigue siendo referencia para asistencia de alta complejidad (evidentemente más cara), que incluye los reingresos de los pacientes que se complican tras las altas precoces en los otros dos centros, la derivación desde estos centros de pacientes a los que se les termina la cobertura privada o la hospitalización a domicilio de los pacientes que ya han sido “rentabilizados” en ingresos cortos en dichos hospitales. Hay quien dice que nos estamos aproximando al modelo norteamericano de sanidad, pero es peor: en este caso el negocio es redondo y éticamente mucho más reprobable, dado que el estado es el principal cliente de los centros privados, pagando más por cama/día o procedimiento de lo que pagaría manteniendo los recursos públicos. El RAT está conllevando a su vez que miles de pacientes pierdan sus especialistas y sean remitidos a atención primaria, donde en muchos casos no reciben la atención adecuada por falta de tiempo y de medios; que otros muchos sean derivados a centros privados para completar programas de fisioterapia y rehabilitación, para poder operarse sin esperar una infinidad de meses, etc. Ello es posible, evidentemente, porque los que toman las decisiones en la administración pública tienen claros intereses en el lucro privado. IDC Salud facturó más de un 100% más a la Generalitat de 2012 a 2013 (más de 127 millones de euros).

5. Mecanismos de silenciamiento y atomización de los trabajadores del Clínic.

Se ha explicado más arriba que las peculiaridades sindicales y de gestión han otorgado al estamento médico un papel preponderante en el Hospital Clínic. Sin embargo, debe aclararse que aproximadamente la mitad de los médicos del centro están en un evidente estado de precariedad laboral, sin capacidad de participación ni decisión en los órganos de dirección. La tasa de renovación de plantilla en los últimos treinta años es menor del 5% anual, lo que lleva a una situación en la que los médicos más mayores o bien comulgan con la dirección o bien llevan tanto tiempo callando que no dejan de hacerlo ahora. Una encuesta de 2007 revelaba que un porcentaje muy bajo de los trabajadores jóvenes se sentían de acuerdo con la dirección institucional, mientras el grado de aquiescencia en la franja etaria superior era mucho más elevada (6). Ello significa, claro está, que la renovación entre los jóvenes es elevadísima: premios de fin de residencia (dos pagos separados por seis meses sin cotización ni cobertura legal que fuerza a los especialistas recién terminados a solicitar el subsidio por desempleo), contratos temporales, guardias sueltas, turnos alternos. Sólo los temerosos y los complacientes se quedan (no es inhabitual que tanto entre el personal médico como en enfermería haya trabajadoras sin contrato fijo después de más de 15 años de trabajo en la institución). Además, tanto por las características organizativas como por una ley no escrita institucional, se ha alimentado la separación y confrontación entre todos los profesionales sanitarios, generando una auténtica guerra de clases endogámica: médicos vs. enfermeras; enfermeras vs. auxiliares o camilleros; médicos de staff vs. médicos precarios, etc. El ejemplo más reciente es la intención de constituir una especie de consejo de sabios, el grupo de conocimiento clínico, que en boca de sus ideólogos, tiene la vocación de“retener el talento” (como los pluses de Barnaclínic), pero que en realidad está formado por los mismas personas que actualmente están en la esfera de la junta del patronato, con la excepción de la directora de enfermería, y será el núcleo directivo del nuevo consorcio.

La consecuencia de todo ello es que los grados de insatisfacción y malestar laboral son muy elevados en el que es en teoría uno de los mejores hospitales de Europa y a la vez la reivindicación y organización frente al proceso de privatización del hospital entre los trabajadores es prácticamente inexistente porque el miedo y los intereses los paralizan. Aun así, los artífices de la privatización del Clínic se olvidan de que la calidad del centro depende de sus trabajadores, que no han gozado nunca de las condiciones de sus colegas europeos. Llegará el momento en que ni trabajadores ni ciudadanos tolerarán más este hospital, pues su calidad ya cae en picado, y entonces ningún maquillaje será suficiente para mantener su imagen.

Bibliografía:

1. M. Sánchez Bayle. Observatorio de Salud 2: “La sanidad en la encrucijada”. Mientrastanto. 2012. http://www.upf.edu/greds-emconet/_pdf/observatoriosalud2.pdf

2. A. Quintà. Sous i organització al·lucinants en el Clínic. Crònica global, 21 de octubre 2013. http://www.cronicaglobal.com/ca/notices/2013/10/sous-i-organitzacio-al-lucinants-en-el-clinic-1636.php

3. J. Grau. La privatización del Clínic. The economy Journal, 16 de Noviembre 2012. http://www.theeconomyjournal.com/es/notices/2012/11/la-privatizacion-del-clinic-66565.php

4. J. Mumbrú. La CUP denuncia la privatització oculta del Clínic des del 2009. El diario.es, 1 de octubre 2013. http://www.eldiario.es/catalunyaplural/politica/CUP-privatitzacio-lHospital-Clinic-beneficiada_0_181282043.html

5. A. Quintà. Aceleración de la privatización del Clínic. El Debat, 18 de enero 2013. http://www.eldebat.cat/cat/notices/2013/01/acceleracio_de_la_privatitzacio_del_clinic_105177.php

6. Informe de Investigación de la Universitat Oberta de Catalunya. Modernització tecnològica, Calvi organitzatiu i servei als usuaris en el sistema de salut de Catalunya. 2007. http://www.uoc.edu/in3/pic/cat/pdf/pic_salut_volum2.pdf

7. J. Rodés, D. Font, A. Trilla, JM. Piqué y Ramon Gomis. El futuro de la gestión clínica como consecuencia del progreso cientifico técnico en biomedicina. MedClin (Barc). 2008;130:553-6.

8. Ana Macpherson. Entrevista a Josep Maria Piqué. La Vanguardia, 31 de diciembre 2011.vanguardia.com/salud/20111231/54243496116/josep-maria-pique-muchos-hospitales-siguen-organizados-como-en-los-anos-50-no-han-evolucionado.html

9. S. Basu, J. Andrews, S. Kishore, R. Panjabi, D. Stuckler. Comparative performance of private and public healthcare systems in low- and middle- incomecountries: a systematic review. PLoS Med. 2012;9:e1001244.

10. C. Quercioli, G. Messina, S. Basu, M. McKee, N. Nante, D. Stuckler. The effect of health care delivery privatisation on avoidable mortality: longitudinal cross-regional results from Italy, 1993-2003. J Epidemiol Community Health. 2013;67:132-8.

11. L. King, P. Hamm, D. Stuckler. Rapid large-scale privatizationand death rates in ex-communist countries: an analysis of stress-related andhealth system mechanisms. Int J Health Serv. 2009;39:461-89.

12. http://www.verkami.com/projects/6945-privatitzant-la-sanitat-impacte-a-la-salut-de-la-privatitzacio-de-la-sanitat-a-catalunya

13. B. Benítez. El Gobierno encarga el plan sobre la Hepatitis C a un doctor vinculado a la farmacéutica Pfizer. La Marea, 10 de enero 2015. http://www.lamarea.com/2015/01/10/el-gobierno-encarga-el-plan-sobre-la-hepatitis-c-un-doctor-vinculado-la-farmaceutica-pfizer/

14. Grup de Defensa de la Sanitat Pública 15M-Barcelona. La privatización del Hospital Clínic de Barcelona: ¿un nuevo escándalo sanitario? Mientrastanto, 12 de octubre 2012. http://www.mientrastanto.org/boletin-107/notas/la-privatizacion-del-hospital-clinic-de-barcelona-un-nuevo-escandalo-sanitario#sthash.wBsK4myu.dpuf

15. J. Mouzo. Una patronal de salud demanda a Barnaclínic por competencia desleal. El Pais, 30 de julio 2014. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/29/catalunya/1406667382_720751.html

16. J. Mouzo. ElParlament insta a inspeccionar la actividad de Barnaclínic. El Pais, 13 de febrero 2015. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/02/12/catalunya/1423766101_502614.html?rel=rosEP

17. http://www.sicom.cat/blog/josep-maria-pique-dtor-general-hospital-clinic-sobre-les-activitats-privades-de-barnaclinic/

18. http://www.sindicatura.cat/reportssearcher/download/17_12_ca.pdf

19. http://archivo.elperiodico.com/ed/20150228/especiales/pag_006.html

20. X. Bosch, P. Moreno, A. López-Soto. The painful effects of the financial crisis on Spanish health care. Int J Health Serv. 2014;44:25-51.

 
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Publicat per a 27 Març 2015 in Salut, Serveis Públics

 

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Enhorabona per la SALUT! S’ha creat la #MareaBlancaCAT

imageFa poc més de sis anys de la presentació pública de Dempeus (com molt bé va recordar el company Toni Barbarà) i l’aniversari coincideix amb l’acte que  la Plataforma Ciutadana Pel Dret a la Salut (PDS), el grup impulsor del Parlament Ciutadà (PMC) i el nucli del Clínic del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC-Clínic) varen convocar una sessió del Parlament Ciutadà dedicada a la Salut i el Sistema Sanitari de Catalunya.

EL Parlament Ciutadà va aprovar, com podeu veure a la foto, la creació de la Marea Blanca de Catalunya en defensa del Dret a la Salut. Existeix un vídeo de sicom.cat de tota la sessió del que us recomano, en especial, la Declaració Final, i per anar obrint boca, llegir abans una bona crònica de tot plegar iaquí gràcies a en Siscu Baiges.

D’entre les diverses associacions que varen omplir El paranimf de la Facultat de Medicina de la UB (Hospital Clínic), dues de les més noves varen ser les Plataformes d’Afectats per l’Hepatitiis C de Girona i Barcelona. Aquesta darrera es va presentar amb la intervenció que reprodueixo tot seguit, amb la seguretat de que per la seva determinació, la força que aportaran a la Marea Blanca de Catalunya i la justesa de les seves reivindicacions, aconseguiran guanyar i demostrar que, en salut, també guanyem batalles, mentre esperem fer fóra la Màfia de tots els serveis públics.

“Som la PLAFHC Bcn i ens estem organitzant per aconseguir JA el millor tractament per A TOTES les persones afectades per Hepatitis C

Què volem dir amb el “millor tractament”?
Aconseguir la dispensació de medicaments d’última generació lliures d’interferó (o sigui amb els menors efectes secundaris possibles), amb el més alt percentatge de curació, a preus raonables per a les arques publiques. I per a totes les persones, sigui quina sigui la fase en què es trobin, establint una prioritat ABSOLUTA I URGENT per F4, F3, pretransplantats i trasplantats.
-L’ hepatitis C és anomenada la malaltia silenciosa, perquè gran part de la població que la pateix, no ho sap, a causa de l’avanç asimptomàtic que te fins a ser detectada.
-També ha estat una malaltia silenciada, per la societat en general i pel propi col•lectiu per evitar l’estigma i el rebuig social que signifiquen les malalties infeccioses. I per a la resignació a la qual ens acollíem per les poques possibilitats de cura que hi havia.
-Però actualment la HC és una malaltia que es pot eradicar i ja no ens resignem a seguir callats ni a patir ni a morir.

-Volem reclamar a totes les administracions competents els següents punts:
-Aplicar amb la màxima celeritat l’accés als nous fàrmacs aprovats recentment en l’àmbit europeu.
-Creació d’un registre d’afectats que reflecteixi fidelment el panorama actual per poder aplicar mesures eficaces i reals.
-Respecte cap als pacients i els seus drets a ser informats del seu estat i de tots els detalls sobre els diferents tractaments i el que signifiquen. A respectar la seva decisions en relació als tractaments més adients.
Reclamem també més visibilitat i recursos a tots els nivells, accessibilitat a diagnosis ràpides i gratuïtes, així com més informació i campanyes de sensibilització per a la població.

L’aplicació del tractament a totes les persones afectades és una mesura de prevenció per evitar nous contagis i, a la llarga, un estalvi de la despesa pública sanitària.
I el més important, evitar més dolor i desesperació a totes les afectades i les seves famílies. No volem esperar a tenir danys irreversibles, com cirrosi o càncer hepàtic, o haver d’arribar a fases de fibrosi altes perquè ens concedeixin un tractament.
La detecció precoç serà la clau de l’èxit de la seva curació i desaparició, com ho és en qualsevol malaltia.

Tot això ens porta a lluitar pel nostre dret a la salut i en defensa del sistema públic sanitari, denunciant l’actual situació problemàtica de retallades i privatitzacions .
Volem condemnar l’opacitat i el ball de xifres de les dades oficials, les mentides interessades dels responsables polítics agreujades pel període pre electoral, així com La confrontació entre el dret de totes a la salut pública i els interessos de la indústria farmacèutica en connivència amb els governs. Això, no només afecta els medicaments de l’hepatitis C, sinó als de totes les malalties, convertint en mercantilisme la salut de totes nosaltres.

Aquest mercat en el que han convertit la gestió de la nostra salut, on priven els beneficis econòmics i la especulació farmacèutica , fa que un pacient crònic sigui més rendible i desitjable econòmicament que una persona sana. De forma que aquets perversa visió de la sanitat comporta un transvasament continu de diners públics cap a les empreses privades.

Davant de tot això pensem que la millor manera d’afrontar aquests problemes és la col•laboració i unió entre el personal sanitari, usuaris i població en general, com aquí i ara estem construint.

Agrair a tots els col•lectius aquí presents la seva lluita i la solidaritat que han mostrat cap a nosaltres:
Totes unides, defensarem el nostre dret a la salut, un dret de tot el poble.”

Per una salut, publica, universal i de qualitat.

 
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Publicat per a 1 Març 2015 in Ciutadania/Política, Salut

 

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Ser tratado como un Rey (por la sanidad pública o por @_cafeambllet )

Recordando lo aprendido de Vicente Romano, el profesor que nos enseñó comunicación y socialismo según decía Pascual Serrano y que nos dejó hace pocos días, hoy tenemos todos hecha la agenda, dispuesto el orden del día. Los grandes propietarios de los medios de comunicación y los directores por ellos escogidos (o impuestos desde más altas y palaciegas instancias) tienen la capacidad de seleccionar y publicar, de dar a conocer a los demás los aspectos de la realidad más acordes con sus intereses, y hoy ponen todos los focos en un sólo punto, borbónico por más señas, haciéndonos creer que en esa familia se funden y representan todos nuestros intereses y necesidades. Por suerte, los medios no puedan moldear cada opinión, pero “sí pueden enmarcar la realidad perceptiva en torno a la cual se forman las opiniones”. Y hoy se esfuerzan con ahínco, intentando establecer los límites del discurso y la comprensión de la ciudadanía.

También deseo, como Pascual Serrano, que Vicente Romano esté “en compañía de Bertolt Brecht, firmes y disciplinados como buenos comunistas, pero siempre burlándose y rebeldes ante todo el que les quiera gobernar sin justicia”. Una falta de justicia que los medios del stablishment se esfuerzan por legitimar, insistiendo machaconamente (y muchas veces demasiado zafiamente) en moldear la opinión. Por suerte, tampoco lo consiguen con todos, aunque no tienen por qué hacerlo. “Basta con legitimar ciertos puntos de vista y deslegitimar otros. Y el resultado es un pensamiento único, uniforme, acrítico, y, por consiguiente, la falsa conciencia” como decía Romano.

imagePor eso conviene destacar a los insumisos, hacer acopio de anticuerpos y crearse los antihistamínicos naturales. Y hoy quiero hablar de dos ejemplos de resistencia frente a la uniformidad, muy diferentes entre sí, pero iguales en sano descaro. El primero, lo ha puesto en práctica Jose María García, un hombre enfermo de L’Hospitalet que era atendido en el Hospital Clínic de sus dolencias y ahora, en la “reorganización” privatizadora debe acudir a la puerta privada de Barnaclínic y abonar casi 200€ si quiere seguir siendo tratado por su “equipo médico habitual”. Por eso José María ha lanzado una recogida de firmas en change.org y pide (hoy, precisamente) SER TRATADO COMO UN REY. Por la sanidad pública, naturalmente. Una sanidad pública que si no fuera mordida y desmembrada por los cuervos privatizadores podría tratar de manera universal a todas las personas enfermas como auténticos ciudadanos, que debería equivaler, como mínimo en el siglo XXI, a ser miembro de realeza. Y vale la pena apoyarle. (Por motivos muy semejantes a los que mueven la protesta de José María, desde diversos colectivos se ha puesto en marcha una prometedora macroreclamación de la que podeís informaros y a la que podeis uniros aquí).

Y la segunda fuente, prácticamente inagotable, de anticuerpos antiborbónicos (y más) la encontrarán en el número 3 del cafeambllet mensual que ya está difundiéndose en papel por Catalunya pero que también pueden bajarse (en catalán y en castellano) en la web de cafeambllet. Y ayuden, subscribiéndose o colaborando, en la medida de lo que puedan, a que siga editándose esta pócima de salud pública y personal.

Y un último consejo: hoy no miren televisión: Dispuestos a investigar la REAL (y cruda) realidad, provéanse de lupa y escudriñen esta contraportada, que también hará historia:

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Publicat per a 19 Juny 2014 in Mitjans de Comunicació, Salut

 

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La privatización en la sanidad catalana, “tacita a tacita”

Un año atrás Antía Castedo escribía que los servicios privados estaban aumentando en los hospitales públicos catalanes: desde el pago por un sillón por acompañar a un familiar enfermo, hasta cobrar por dar habitación individual. Aunque pasa el tiempo y seguimos sin datos oficiales, se ha ensanchado la doble puerta de entrada a la sanidad pública, mientras se mantienen o incrementan el número de plantas y quirófanos cerrados a pesar de las dolorosas listas de espera del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Y como se ha demostrado más de una vez, los recursos “infrautilizados” se venden al que lo paga de su bolsillo.

imageEn los últimos meses las noticias que redundan en la destrucción de la sanidad pública, desde la maltrecha y casi olvidada prevención hasta la investigación, se multiplican: por ejemplo, las amenazas de despidos en el Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau (Barcelona) para enjuagar parte del déficit de la entidad. O el proceso de transformación iniciado en Lleida en el sistema sanitario público que puede significar la privatización de todos aquellos servicios susceptibles de representar una buena fuente de negocio. En este sentido, se anunció que se quería “unificar bajo la titularidad de un único ente todos los dispositivos asistenciales de la región sanitaria de Lleida”, pero no coló: Unas 1000 personas se manifestaron en Lleida en defensa del sistema sanitario público y contra la fragmentación del ICS.

Tacita a tacita, los directivos del Hospital Clínic se siguen negando a explicar el funcionamiento de la doble vía de atención, y en otros, como la Mutua de Terrassa o el Hospital del Vendrell, simplemente si caes en manos de los médicos más desaprensivos, tienes que pasar por caja si no soportas los dolores o el temor de formar parte de unas listas de espera desesperantes.

Todos estos procedimientos afectan la equidad y nuestros derechos. Lo denunciaba Carme Borrell, doctora en Salud Pública y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp): “El conflicto de intereses es claro si los mismos médicos que atienden en la pública también cobran de la privada”. Pionero de estas prácticas de doble entrada fue el Hospital de Sant Pau, que atendió a pacientes por la privada, operando de varices a personas que se han saltado, previo pago, los 8,4 meses de espera media para esta dolencia que marcan los datos del CatSalut. Los portavoces del hospital argumentaron en su momento que, en tiempos de recortes, es necesario buscar “nuevas vías de financiación”.

Y la cosa irá a peor porque la noticia (tristísima) que nos llega vía Presupuestos y publicó Roger Tugas en ARA, es que ya pagamos más por atender la Deuda Pública que por Salud:

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Necesidades de financiación para satisfacer la deuda (leer el saqueo) de las instituciones financieras que dejan sin atender las necesidades básicas de la población. Se cierran camas para luego contratar servicios con los privados, camas a las que los pacientes pueden llegar previo pago (eso ya no es REPAGO, es ROBO descarado) y utilización fraudulenta de los recursos públicos.

¿Cómo puede ser que haya listas de espera y al mismo tiempo recursos infrautilizados? Pues porque se trata de que entre puertas giratorias, listas de espera inhumanas y cierres inesperados de centros, quirófanos y camas, nos rindamos, dejemos de defender nuestra sanidad, y aportemos nuestros últimos recursos, si los tenemos, a pagarnos mútuas o médicos desaprensivos para así pueda financiar Mas-Colell, más holgadamente, la Deuda inmoral. Y con estrecheces, recortes y mayores desigualdades, miel sobre hojuelas para Boi Ruiz, el enemigo número uno de la sanidad pública en Catalunya.

Debemos someter a auditoría esta Deuda ilegítima que no para de crecer y engulle los servicios públicos más imprescindibles, y negarnos a pagar todas las partidas impropias o un servicio de la Deuda draconiano. Sólo así podremos recuperar nuestra sanidad y nuestros derechos. Y con ello, nuestra SALUD y nuestra DIGNIDAD DE CIUDADANÍA.

 
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Publicat per a 15 Abril 2014 in Salut

 

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Boi Ruiz, el cuenta-cuentos, malo para nuestra salud

Ruiz-PADROSA Escribe Antía Castedo sobre las fabulaciones de Boi Ruiz en el Parlament: por lo que entiendo, el conseller siguió navegando en aguas turbulentas, en el río de mentiras que afectan gravemente la salud de las personas. Ha llevado sus medidas de recortes y privatización tan lejos que se vió obligado a admitir que el incremento en el número de personas y tiempo demora en las listas de espera en intervenciones tan vitales para la salud como las de cirugía cardiaca ya son insufribles: Un total de 760 enfermos esperaban en junio en Cataluña una cirugía del corazón, frente a los 580 del mismo mes de 2012, lo que supone un aumento del 31%. Y todavía recuerdo cuando se ufanaron de cerrar los quirófanos por la tarde cuando los médicos que dirigían los servicios hablaban no sólo de la necesidad vital que suponía mantenerlos abiertos, sino del poco coste que representaba tener disponible personal magníficamente formado y entrenado el doble de tiempo por mucho menos de la mitad de dinero…. ¿Estupidez? ¿Mala gestión? No: destrucción programada del prestigio y universalidad de la sanidad pública para que unas clínicas privadas, con resultados mucho peores, puedan engordar su cuenta de explotación. Aunque sus beneficios tan ilegítimamente logrados signifiquen daños irreparables para la salud e incluso pérdida de vidas humanas.

Para estos pequeños napoleones de las privatizaciones como Boi Ruiz y Pedrosa, a grandes males (provocados por ellos mismos y su compromiso con la sanidad privada) “grandes” remedios: así, el anuncio de los “Planes de choque” que Boi confía al gran defraudador de la sanidad pública, Josep Maria Padrosa, presidente del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), a pesar de las presuntas incompatibilidades que protagoniza y que han reavivado las críticas sobre las puertas giratorias entre la sanidad pública y la privada. Como no conviene olvidar y Antía Castedo nos recuerda en su artículo, Padrosa era el apoderado de seis empresas privadas que en 2012 facturaron al CatSalut más de 14 millones de euros, lo que podría vulnerar varias leyes y ha provocado la apertura de una investigación por parte de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC).

Que las puertas giratorias son de hecho un enorme butrón tolerado por la Consellería de Salud lo demuestra que Ruiz y Padrosa, de conjunto y en unión, amigos y residentes en Barcelona, comparecieron ante la comisión de Salud del Parlament para reiterar lo que la Plataforma de Afectadas por los Recortes Sanitarios (PARS) habían denunciado el pasado mes de junio. Pero tienen respuesta y cara para todo. Y así, si Padrosa era apoderado de seis empresas, se cree libre de toda culpa al declarar que “no lo sabía”. Al parecer, se ve afectado por un síndrome de disfunción perceptora que afecta a personas inoculadas por virus de cohecho y corrupción, como por ejemplo la imposibilidad de Ana Mato para ver el Jaguar en su garage.

Y Boi Ruiz, a su vez, cae en episodios de falta de conciencia: defiende al director del CatSalut con cuentos de Blancanieves para excusar su manifiesta incompatibilidad en cualquier estado democrático (léase idoneidad en el caso de la sanidad catalana y española): Debeis saber, niños y niñas, que “todo el mundo que viene a la Administración pública llega desde algún lado y va a algún lado”… Sí, señor Boi cuenta-cuentos: sabemos muy bien de dónde vienen ustedes (de la sanidad privada) y a dónde van: a destruir lo mejor de la sanidad pública para que los servicios más rentables beneficien a la sanidad privada, aunque ese saqueo cueste enfermedad, dolor y vidas.

La guinda final la puso Boi Ruiz al dar, con retraso, los datos de las listas de espera del mes de junio, que ha vuelto a aumentar: de 70.814 personas en diciembre pasado a 79.376 personas en las listas de la desesperación en seis meses. Finalmente, nos dice la periodista de El Pais, el consejero no quiso responder a las denuncias realizadas por grupos de profesionales sobre la manipulación de las listas de espera en algunos hospitales. “Todo el mundo sabe que hay una lista A y una B”, le espetó la diputada de la CUP Isabel Vallet. Y de la lista B había un buen ejemplo en urgencias el pasado miércoles: 81 pacientes esperando en urgencias para poder ser ingresadas.

La sanidad catalana dificilmente podía caer en peores manos. El tándem Boi Ruiz-Pedrosa es letal para la sanidad pública y para nuestra salud.

 
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Publicat per a 18 Octubre 2013 in Salut, Serveis Públics

 

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El saqueo del Clínic denunciado por la CUP

Se trata de un Hospital de referencia de la sanidad pública, y no sólo para Catalunya. La avaricia de Boi Ruiz y sus amigos de CAPIO, además de privatizarlo, puede hundirlo en la mediocridad: es la consecuencia obligada de las decisiones estúpidas, destrozar todo lo que tocan, todo lo que nos quitan y defraudan. Y lo peor es que con sus saqueos, muchas vidas, mucha salud y muchos puestos de trabajo quedarían en la precariedad más absoluta. Todas las denuncias para frenar el estropicio pueden ayudar, pero esta denuncia de la diputada Isabel Vallet, en nombre de la CUP, parece especialmente acertada. Lo transcribo tal como lo he leído en el diario.es, recordando la convocatoria de la FAVB para SALVAR el CLÍNIC:

hospital_clinicLa privatización del Hospital Clínic de Barcelona, que desde mediados de septiembre ha recibido un polémico impulso con el anuncio del cierre de 74 camas y el recorte en tres meses de 17,5 millones de euros, se empezó a gestar el año 2009, cuando el centro hospitalario firmó un acuerdo de colaboración con la empresa Capio Hospital General de Catalunya (actual IDC Salud), según denuncia la CUP en su página web. La formación también denuncia que el consejero delegado del Hospital Clínic en el momento de firmar el acuerdo era Raimon Belenes, quien meses después de ser destituido en 2011 pasó a ocupar el cargo de director general de Innovación del grupo Capio. Según la formación independentista, este hecho demuestra que la “cohabitación pública y privada da pie a situaciones de puertas giratorias como vía directa para la corrupción”.

Toda esta información ha llegado a manos de la CUP (y del resto de formaciones parlamentarias) gracias a la documentación aportada durante la Comisión de Investigación sobre la Gestión en el Ámbito Sanitario y las relaciones entre Sector Público Sanitario y las Empresas, que se celebró en el Parlamento el pasado mes de mayo. Según fija el reglamento interno del Parlamento, hay algunas informaciones extraídas de las comisiones de investigación que no se pueden hacer públicas, pero los abogados de la CUP consideran que no es el caso. Además, la diputada Isabel Vallet, en declaraciones a Catalunya Plural, ha recordado que el compromiso de la CUP es hacer pública “toda la información que demuestre un derroche de los recursos públicos”.

imageLa diputada Vallet denuncia el escándalo que supone que después de que los recortes de la Generalitat en sanidad obliguen al Hospital Clínic a externalizar parte de su servicio (el más rentable) al Hospital del Sagrado Corazón, gestionado por IDC Salud, se sepa que existen acuerdos de colaboración entre los dos centros desde 2009. “Es una práctica éticamente reprobable y un presunto delito de trato de influencias”, ha criticado la diputada, que ha confirmado que el viernes lo pondrán en manos de la fiscalía. Según Vallet, entre las altas esferas de la sanidad, “existen unas 40 personas que van rotando entre la pública y la privada”. Como ejemplos, Vallet ha recordado el escándalo del Hospital de Sant Pau, Innova y el del Consorcio Hospitalario de la Selva y el Maresme. “Desde que Boi Ruiz es consejero de Sanidad, este es el patrón que se está siguiendo”, ha lamentado.

El gran beneficiado de los recortes

IDC Salud, antes Capio, es el principal beneficiado de los recortes y privatizaciones de la sanidad pública que se están aplicando en todo el Estado, pero en Cataluña y en la Comunidad de Madrid. Las administraciones cierran camas de hospitales públicos y pagan a los privados para que atiendan a los pacientes. Y IDC Salud es quien ha sacado más provecho de ello. En muy poco tiempo, el grupo se ha convertido en un gigante dentro del sector y también en el blanco de los colectivos opositores a los recortes en sanidad. La empresa facturó a la Generalitat 127 millones de euros durante el año pasado, el doble que durante el 2010, el año en que Boi Ruiz fue nombrado consejero de Sanidad.

Un caso más a la lista

La denuncia de la CUP levanta nuevamente muchas sospechas en la relación entre la sanidad pública y las empresas privadas que están aumentando mucho su volumen de negocio gracias a las privatizaciones. El consejero de Sanidad, Boi Ruiz, conoce muy bien las dos realidades, ya que antes de jurar el cargo era el presidente de la patronal sanitaria concertada Unión Catalana de Hospitales. El consejero fue a declarar durante la comisión parlamentaria que investigaba la relación entre el sector público y el privado y criticó “el mito las puertas giratorias”, así como cualquier otra sospecha de irregularidades. Aun así, las constantes denuncias, que van desde el escándalo del Hospital de Sant Pau hasta el informe Crespo, de Lloret de Mar, parecen indicar más bien todo lo contrario. La Oficina Antifraude ha pedido máxima atención en este sistema de colaboraciones y cada vez aumenta la sospecha de que, aprovechando los recortes en sanidad y las constantes privatizaciones, se están cometiendo muchas irregularidades.

 
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Publicat per a 1 Octubre 2013 in Salut

 

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Salvem l’Hospital Clínic!

M’arriba aquesta convocatòria pel 10 d’octubre que crec fonamental que sigui un gran éxit i comenci a parar els peus a Catalunya als voltors de la sanitat pública:

Concentració contra la privatització de l’hospital Clínic

El pròxim DIJOUS 10 D’OCTUBRE la ciutadania de Barcelona compromesa amb la sanitat pública, universal i de qualitat està cridada a una gran concentració davant de l’Hospital Clínic a les 18 hores, al carrer Villarroel, 170 per rebutjar la seva privatització.

Des de la Favb conviden totes les associacions de veïns i veïnes a fer difusió de l’acte.

No volem que facin negoci amb la nostra salut!

Podeu baixar elcartell i l’octaveta des dels següents enllaços:

http://favb.cat/pdfs/cartell_clinicA3.pdf

http://favb.cat/pdfs/octavetaclinic_doblecara.pdf

 
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Publicat per a 1 Octubre 2013 in Salut

 

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Agustí Colom i @_cafeambllet (dos repressaliats de CiU) parlen de sanitat pública

pdsbarnaclinic1Quan els servidors dels de molt amunt ens volen fer passar garces per perdius, i reinicien en bucle la cerimònia de la confusió posant el que és de totes i tots en un mateix sobre o sac  d’uns quans espavilats rapinyaires,  les nostres neurones agraeixen i troben descans en les preguntes ben formulades d’Albano Dante (Cafeambllet) i les respostes clares i sense ambigüetats de l’Agustí Colom sobre una de les peces estratègiques en el tauler de les privatitzacions: Barnaclínic (la “cirereta” de l’Hospital Clínic, també ara en procès obert i descarat de privatització). Segurament vostès, com jo, abans de sentir el video, ja donàvem per fet que Barnaclínic, amb els seus preus tant “Louis Vuitton”, pertanyia a la élite de la sanitat privada.. doncs ja veuran quina sorpresa s’emporten!

De la manera que parla Agustí Colom, i per les coses que diu, es fa molt difícil que tal com estan les coses ara per ara,  l’acceptin  a la “clique”  dels organismes que haurien de vetllar per la transparència de les institucions i organismes públics.  I si,  per atzars de la fortuna, va ser una vegada Síndic de Comptes, ja veiem què passa quan les majories estan en mans de partits dels que els mateixos tribunals posen en qüestió com varen finançar les seves campanyes (per no parlar del frau democràtic que hauria de se-hor també  de llei, de no complir les seves promeses).  L’Agustí Colom es va guanyar a l’ensems el veto de la reacció i dels que anàven perden la careta per les cantonades. Però val la pena agraïr als companys de SICOM que deixessin constància de la seva honestedat intel.lectual i de la seva capacitat per fer-nos entendre el que és públic  (de tots)  en especial a la sanitat. No es perdin de SICOM  (i ajudin a difondre arreu)  les seves produccions “Drats bruts” i “La Salut, el negoci de la vida”.

I voldria demanar, finalment, que no caigui en l’oblit la petició feta per Joan Herrera de que es conegui del tot, amb pèls i senyals, el què va passar amb el frustrat “Informe Crespo”.  Reivindicar la bona feina i l’ honestetat  de l’Agustí Colom passa també perquè se li permeti explicar tota la veritat … i callin així, per sempre,  els corruptes!

 

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