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Obama no puede; los grandes intereses privados en sanidad, SI

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Joan Josep Nuet me manda la noticia publicada en el Periódico Diagonal. Como necesito un poco de tiempo para digerir las noticias de esta tarde (la primera impresion es que la montaña parió un ratón para tranquilizar los “inversores” y las nada neutrales agencias de valoración internacionales), les dejo mientras tanto con este artículo donde, una vez más, los poderosos se llevan por delante un intento de avanzar en equidad, y la voluntad e ilusiones de tantos millones de personas en los Estados Unidos que se acercaron a la política –muchas por primera vez– pensando que quizás sí se podía. Pero es que la sanidad en los USA (como los problemas del mercado laboral aquí) son sólo una parte de la gran tarea que se debe hacer para que las cosas empiecen a cambiar a favor de la mayoría. Y mientras continuemos abordando la realidad en pequeñas dosis separadas, mientras no sepamos encontrar el punto que une todas las luchas y allana las desigualdades, será difícil que las cosas cambien.

Divide, y vencerás. En este caso, los grandes intereses de la sanidad privada, han dividido y parecen haber vencido a Obama y a los miles y miles de personas que confiaron en sus promesas. Ya la imagen de la oración conjunta de los dos presidentes “astrales” al son de una de las sectas más reaccionarias de los Estados Unidos no prometía grandes avances para las personas trabajadoras que más lo necesitan…

El paso atrás de Obama ante la esperada reforma sanitaria

La promesa del presidente de los EE UU de reformar la sanidad, en el único país industrializado del mundo sin cobertura universal, se desvanece. El “Yes, we can” retrocede ante el poder de las aseguradoras médicas.
Alsi Canales / San Francisco (EE UU)
Jueves 4 de febrero de 2010.  Número 119

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Elaboración: DIAGONAL

La reforma del sistema sanitario estadounidense fue un punto central en la campaña electoral de Barack Obama. En noviembre de 2009, la Cámara de Representantes aprobó una versión del anteproyecto de ley para una reforma, que fue seguida por la aprobación de la versión del Senado el pasado 24 de diciembre, en esta cámara los demócratas acaban de perder la mayoría absoluta. Si bien no se conocerá el proyecto definitivo hasta que finalice la negociación entre ambas cámaras (que ahora deberán armonizar ambos textos en uno sólo o ponerse de acuerdo en aprobar una de las dos versiones), la posibilidad de un plan público de salud para el pueblo estadounidense ya ha quedado descartada, lo que podría explicar parcialmente la decepción de buena parte de las bases y votantes del partido demócrata. La sanidad universal, promesa electoral de Obama muy aclamada por buena parte de los medios de comunicación, se convertirá finalmente en una obligación jurídica de comprar un producto privado: la ciudadanía deberá adquirir uno de los seguros médicos que ofrecen muchas de las compañías aseguradoras que operan en el país. Todo ello a pesar de que Obama y el vicepresidente Biden se expresaron en contra de esta medida hace un año. A partir de ahora, quien no obtenga una póliza médica recibirá una multa.

El Gobierno de EE UU ha renunciado también, como explica el catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Vincenç Navarro, a la medida muy popular de financiar la reforma con los impuestos sobre los grupos más pudientes. Gana terreno, por el contrario, la propuesta republicana de que la expansión de la cobertura a las personas sin prestaciones médicas se realice a base de aumentar los impuestos de los trabajadores que tenían un aseguramiento colectivo, lo que penaliza a los colectivos de trabajadores mejor organizados.

Enemigos de lo público
En el único país industrializado del mundo que sigue sin contar con una asistencia sanitaria universal, los conservadores y las aseguradoras, que con la reforma verán ampliado su mercado, se han opuesto de manera ferviente a la opción pública, que temen pueda servir de ‘caballo de Troya’ para sustituir el modelo actual de pagadores múltiples por un modelo de pagador único (single-payer), un seguro social universal. Este último, que viene siendo reivindicado desde hace tiempo por diferentes asociaciones de profesionales médicos y colectivos de los movimientos sociales, ha pasado a ser un tema del que los políticos han evitado hablar durante los meses que ha durado el debate de la reforma sanitaria. En mayo de 2009, ocho activistas fueron detenidos durante una vista que celebraba la Comisión Financiera del Senado sobre la reforma sanitaria. Esta vista incluía un panel de invitados de 41 expertos, entre los cuales no se encontraba ningún representante de las asociaciones médicas que defienden el sistema de pagador único, a pesar de que habían solicitado una invitación de forma insistente. El suceso ha pasado a ser conocido como el caso de Baucus 8.

La OMS, en su Informe sobre la salud en el mundo 2000 – Mejorar el desempeño de los sistemas de salud, dice que los objetivos de los sistemas sanitarios deben ser la buena salud, la receptividad ante las expectativas de la población y una contribución financiera justa. Sin embargo, en EE UU cada año mueren 100.000 personas por no poder sufragar los gastos de los servicios sanitarios, según un estudio de la Universidad de Harvard. Unos 47 millones de estadounidenses carecen de cobertura médica por ser rechazada por las compañías aseguradoras, por no poder pagar una póliza privada o por no cumplir con suficientes requisitos para entrar en uno de los programas médicos que ofrece el Estado a determinados grupos. Un dato más: la bancarrota por el alto precio de las facturas médicas conforma la primera causa de quiebra personal.

A la hora de intentar explicar el motivo de estos datos en el país que es considerado primera potencia económica, la mayoría de expertos no dudan en señalar hacia el poder de las compañías de seguros privados, que mueven un negocio de 400.000 millones de dólares al año. Las mismas compañías que controlan el sistema sanitario invierten también grandes sumas de dinero para financiar las campañas electorales de los candidatos (seis millones de dólares en el caso de la campaña de Barack Obama). Hace unos días aparecía en los titulares de varios medios de comunicación la decisión del Tribunal Supremo de eliminar restricciones en la financiación privada de las elecciones, por lo que no resulta difícil interpretar que la influencia de este sector seguirá creciendo, no sólo en la financiación de las carreras políticas sino además ejerciendo presión como potentes lobbies.


LAS POSIBILIDADES DE TENER COBERTURA SANITARIA EN ESTADOS UNIDOS

Si eres ’pobre’
Si puedes demostrar, según los requisitos del Estado, muy bajos ingresos los planes públicos principales son Medicare y Medicaid: para personas mayores de 65 años (con suficiente historial laboral), personas con alguna discapacidad, indígenas y nativos de Alaska, en algunos casos.

Como empleado
Seguro privado costeado (total o parcialmente) por el empleador: para personas empleadas por cuenta ajena, según la antigüedad en el puesto y el tipo de contrato. No todos los empleadores lo ofrecen. Suele tratarse de una cobertura general (con ‘agujeros’ según las necesidades de cada persona) y se cancela al perder el empleo.

Autónomo
Seguro privado abonado de forma individual: para trabajadores autónomos y personas que no entren en las categorías anteriores. La póliza aseguradora debe antes valorar y aprobar si el posible cliente es aceptable, según su edad, sexo e historial clínico, entre otros requisitos.

ENTREVISTA // CLAUDIA CHAUFAN, DEL GRUPO DE MÉDICOS PARA UN PROGRAMA NACIONAL DE SALUD

“Los políticos clave en la reforma han recibido millones de los lobbies”

Más de 17.000 profesionales de la salud defienden desde 1989 en Médicos para un Programa Nacional de Salud un seguro social universal y público.

Claudia Chaufan es médica, socióloga y vicepresidenta de la Alianza de Médicos de California, la división californiana del grupo Médicos para un Programa Nacional de Salud (Physicians for a National Health Program), una organización de 17.000 médicos, estudiantes y profesionales de la salud que desde 1989 defienden un seguro de salud universal, público y sin fines de lucro.

DIAGONAL: ¿Cómo se explica que el gasto en sanidad de EE UU duplique el de otros países industrializados y, sin embargo, esté a la cola de estos en la media de esperanza de vida y cuente con los índices más altos en mortalidad infantil?
CLAUDIA CHAUFAN: El sistema actual es un modelo de pagadores múltiples con fines de lucro: es decir, se dan servicios médicos a través de las compañías aseguradoras. El motivo principal por el que hay un gasto en salud tan elevado son los gastos administrativos excesivos y la burocracia. Cada paciente tiene un tipo de seguro distinto. Cada seguro conforma un grupo de papeles diferentes y cada médico debe negociar con cada aseguradora para poder justificar lo que recomendó a cada paciente. Todo este papeleo es lo que llamamos gasto administrativo. El sistema estadounidense gasta de 30 a 40 centavos por dólar moviendo papel. Otro motivo es que aquí se pagan los precios más altos del mundo por unos servicios que en otras partes cuestan mucho menos. Los médicos y hospitales se han convertido en empresarios. Algunas personas tienen un seguro privado a través de sus empleadores. Otras compran un seguro de forma individual. El 62% de la gente que se declara en bancarrota lo hace por culpa de los servicios médicos. Lo más interesante es que de ese 62% que se declara en quiebra, el 78% tiene un seguro de salud. El problema es que el seguro no cubre suficientes necesidades porque está lleno de agujeros.

D.: ¿Qué es lo que impide que se pueda implantar el modelo de asistencia sanitaria universal, de un pagador único y público, conocido como sistema single-payer?
C.CH.: Hay que seguir el trayecto que recorre el dinero y ver dónde va a parar el de las aseguradoras y las compañías farmacéuticas: a los bolsillos de los legisladores, de los senadores y del presidente. Obama era un activista comunitario que defendía el modelo de pagador único. Cuando consiguió el Senado, la Cámara de Representantes y la Casa Blanca, cambió de idea. Entre otros motivos, porque las corporaciones multinacionales le han dado dinero, a él y a los legisladores de su partido. Y los políticos clave en todo este debate de reforma sanitaria, nombrados por el presidente para, por ejemplo, presidir los comités donde se decide el destino de millones de personas, como el senador Max Baucus, han recibido sumas millonarias del lobby medico- farmacológico. Y en este país todo esto es legal.

D.: ¿Se puede entonces decir que los anteproyectos de ley que se han aprobado hasta ahora beneficiarán más a las compañías aseguradoras que a la población?
C.CH.: Totalmente. Esto no es un derecho a la salud. Esto es venderse a las compañías aseguradoras porque les garantizan millones de clientes. Quien no quiera o pueda comprar una póliza tendrá que pagar una multa. Dicen que darán subsidios a quien no pueda comprar un seguro, pero esos subsidios vendrán de los impuestos. Lo van a sacar de un bolsillo para dártelo en el otro. Además, habrá que probar que se es suficientemente pobre para no poder pagarlo. Habrá que ir a un tribunal, con un abogado, para demostrar que no se puede pagar. ¿Pero si no tienes dinero para pagar un seguro, cómo vas a pagar a un abogado? Es maquiavélico. Te pone entre la espada y la pared.
Lo interesante es que los políticos en este país han convencido a muchos, aunque no tantos como la prensa oficial quiere hacerte creer, de que los problemas sociales se resuelven yendo de compras, como si lo que faltase fuese competitividad. Además, las personas empleadas por cuenta ajena no podrán elegir su seguro sino que tendrán que conformarse con el seguro que escoja el empleador, con las características de la cobertura que elija éste, que es la situación que ya se estaba dando. Y si pierden el empleo, se quedarán sin ese seguro médico y tendrán que salir de compras.
La propuesta de los demócratas ha sido mantener el sistema cuya base es el seguro de salud con fines de lucro para cubrir necesidades básicas. Obama dice que al final lo han dejado así para que te puedas quedar con tu plan si te gusta. Lo que no dijo es que si no te gusta, tendrás que quedártelo igual. No hay elección. Esa explicación no me convence. Se trata de un paso atrás en el derecho a la salud: las aseguradoras tienen un poder económico, ergo, un poder político, extraordinario en este país.


“El aborto ha quedado fuera de los cambios”

D.: ¿Cómo afecta que no se lleve a cabo esta reforma del sistema sanitario a la salud y los derechos de las mujeres?
C.CH.: Dentro de las reformas y cambios que se están introduciendo, el aborto ha quedado explícitamente fuera de ellas. Las mujeres, durante la época reproductiva, tenemos más gastos que los hombres. Ahora, por ley, las aseguradoras no podrán cobrar más por ser mujer. Pero los gastos que no entren en el paquete básico se los tendrán que costear las mujeres de todos modos. El hecho de que una necesidad no entre en el paquete no significa que no vaya a existir esa necesidad. Las mujeres siempre salen mal paradas con estas cosas, sobre todo las mujeres pobres, porque las mujeres de una cierta condición económica nunca dejaron de practicar una interrupción voluntaria del embarazo o atender sus necesidades, sean las que fueren. Este país tiene un índice de embarazos no deseados mucho más elevado que el europeo porque prohíbe que el dinero público se destine a programas de educación sexual, a menos que sólo hablen de abstinencia.

 
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Publicat per a 5 febrer 2010 in Salut

 

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Victòria ajustada del Programa de Salut als Estats Units.

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On Clinton va fracassar, Obama porta camí d’aconseguir-ho.  Per 220 vots a 215 el Congrès dels Estats Units ha aprovat el programa de salut impulsat pel President Obama que representa un cost de 1,1 bilions de dòlars en 10 anys.

“Aquest és el moment de revolucionar l’atenció de la salut en aquest país” ha declarat George Miller, representant demòcrata per California i un dels principals arquitectes de la Llei. Tanmateix, els demòcrates han hagut de fer concessions molt importants en la cobertura dels avortaments, acceptant que sols es contemplès la seva inclusió en casos de violació i poques excepcions més.

Ara la batalla passa al Senat, on el text de la Llei encara pot sufrir noves modificacions, en un sentit o en un altre, però avui es celebrava, desprès de la votació,  que la nova mesura que es pagarà amb noves taxes i retalls en el programa existent de  Medicare — suposa que el sistema de salut.  mitjançant aquest programa d’assegurança del  govern –arriba finalment als 36 milions de persones que fins ara no tenien cap mena d’assegurança . Al mateix temps, s’acaba amb pràctiques actuals de les companyies privades d’assegurances de no cobrir “condicions pre-existents” o deixar a les persones sense cobertura quan es posen malaltes.

Sols un republicà, el representant  Anh Cao, de Louisiana, ha votat a favor, en tant que 39 demòcrates han votat en contra.  A la Càmara, la majoria demòcrata ha començat a celebrar i vitorejar el resultat –en tant els republicans seien en silenci–quan en el tauler electrònic s’ha vist el vot favorable número 218, que era decissiu per a la victòria de la Llei.

“Hem fet el que haviem promès al poble americà que faríem” ha dit el líder de la majoria,   Steny H. Hoyer de Maryland, encara que reconeix que queda molta feina per fer. I molts representants pensen que no hauria estat possible aquest resultat si Obama no s’haguès anat en persona  al  Capitoli per demanar als polítics que  “responguessin a la crida de la història” i donessin el seu suport a la Llei.

John Dingell, Demòcrata de Michigan i el més antic de la Càmara, ha recordat que va ser l’any 1935 quan es va aprovar la Llei de la Seguretat Social ”.  I han estat molts els representants del Partit Demòcrata que han reconegut el gran paper jugat per la Presidenta de la Càmara,  Nancy Pelosi  en aconseguir una victòria que ha estat fins i tot més dura del que havien cregut, en especial pel que fa a les concessions que s’han vist obligats a fer davant els anti-avortistes per aconseguir el seu vot favorable a la Llei a costa de limitar la cobertura de l’avortament.

Com sempre –i és una llàstima– som les dones, les nostres necessitats i els serveis de salut que necessitem, la primera moneda de canvi.

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Més entrades relacionades de manera directe amb el tema:

Barack Obama defiende ante el Congreso el plan de salud (I), (II) i (i III)

Gairebé perfecte, Sr. President

 
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Publicat per a 8 Novembre 2009 in Gènere, Salut

 

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La reforma sanitària USA: un programa de pobresa?

La popularitat de Barack Obama està caient per primera vegada des que va arribar al poder. La causa: la reforma sanitària. Segons sembla, hi ha moltes persones que pensen que els perjudicarà. Segons un sondeig del New York Times, el 69% de les persones enquestades temen que la qualitat de l’atenció que solen rebre disminuexi si el govern crea un programa que abasti totom. La majoria de la població nord-americana té una assegurança de salut i veu la reforma com un programa per ajudar a les persones pobres. James Kwak, a The Baseline Scenario ha escrit un article dedicat a les persones que pensen d’aquesta manera.

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Kwak afirma a l’article, entre altres coses, que segons l’Oficina del Cens dels EUA, el percentatge de la població coberta per una assegurança d’empresa ha disminuït anualment des de 2000, des del 64,2% a 59,3% del 2008. Naturalment, per a la majoria de persones, en perdre la feina, es perd l’assegurança, i si s’ha de cubrir de manera individual es pot trobar en l’exigència de pagar una prima massa elevada a causa de l’historial mèdic. Aquesta és la forma en que funciona el mercat lliure. A més amb la crisi financera tots els riscos es relacionen i s’incrementen: emmalaltir augmenta les possibilitats de perdre la feina, i perdre el treball redueix la capacitat per pagar l’assegurança de salut, i si l’economia empitjora, més difícil serà pagar qualsevol cobertura de salut.

A més, existeix el problema que fins i tot si s’està cobert nominalment, la companyia asseguradora pot rescindir la  pòlissa, o pot no cubrir el tractament que es necessita. Però el problema de primer ordre és que tot el temps que l’assegurança de salut depèn del treball, la salut està asegurada en la mesura que el lloc de treball ho estigui…i el lloc de treball no està assegurat.

La solució és molt simple. En paraules de Paul Krugman: “cal regular les asseguradores, perquè no puguin sols optar per les persones sanes: totes les persones dels Estats Units han de poder disposar d’una assegurança”. (…) Però algunes (moltes) persones creuen que la reforma de l’atenció sanitària s’emmarca en un “programa de la pobresa”. I sobre aquest punt creu que hi ha força de raó. Kwak creu que sí que es tracta d’un programa de pobresa – però és que la gran majoria de les persones som, en realitat, pobres. La combinació de pèrdua del lloc de treball i malaltia greu podria acabar amb gairebé qualsevol persona (menor de 65 anys – però també  major de 65 anys ja que Medicare no cobreix l’infermeria de cures a la llar), i per tant la majoria de les persones dels Estats Units pateixen de fet greus problemes d’inseguretat econòmica pel que fa a la salut.  El problema polític és que l’americà mitjà no s’identifica com a pobre (tot i que probablement pensa que necessita més diners) i creu que els programes de pobresa són programes per “altres persones”. A més, Kwak creu que la classe mitjana i la classe alta haurien de donar suport als programes de pobresa, però aquesta és una discussió innecessària. El punt que defensa en el seu article és que la gran majoria de persones dels Estats Units són pobres pel que fa a l’atenció de salut, i per tant, han d’aconseguir veure, darrere de la reforma, el seu propi interès.

 
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Publicat per a 13 Agost 2009 in Salut, Serveis Públics

 

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La increíble reforma sanitaria menguante


barack-obama.jpgLa “reforma sanitaria” de los Estados Unidos se está deshaciendo poco a poco, como una pastilla de jabón en una tormenta. El periodista Cokie Roberts advierte: “Ahora se habla de “dar pasos hacia la cobertura universal”, en lugar de promulgar “inmediatamente la cobertura universal.” Al parecer, la idea de conseguir un servicio universal de salud va desapareciendo de los centros de poder de la política – al tiempo que se dedica más y más atención a cuidar y alimentar la industria de los seguros.

La “reforma sanitaria” entendida como “una trayectoria hacia la cobertura universal” tiende de hecho a desaparecer en los centros reales de poder de los Estados Unidos. Un ejemplo evidente es el nuevo mensaje que emite la asociación “Organizing for America”, el proyecto del Comité Nacional Demócrata que heredó de la campaña de Obama una lista de 13 millones direcciones electrónicas. En el breve mensaje enviado se repite siete veces la frase “reforma del seguro sanitario”. Pero la diferencia entre la promesa de atención sanitaria universal y el nuevo mantra de “reforma del seguro de salud” puede asimilarse a la diferencia que Mark Twain explicó una vez que existe entre “un relámpago y una luciérnaga”. La “reforma del seguro sanitario” permite de hecho que se refuerce el enorme poder de las compañías de seguros y de las industrias farmacéutica y hospitalaria de los Estados Unidos.
El Presidente Obama dice que quiere “evitar que las compañías de seguros se desentiendan de las personas como sucedía anteriormente.” Pero no son esos los mejores argumentos para hacer frente a las compañías de seguros. Entre bastidores se está negociando y llegando a acuerdos. Por ejemplo Karen Ignagni, presidenta de America’s Health Insurance Plans“, señaló que la industria había hecho suyos muchos de los cambios propuestos por la Administración, como acabar con la práctica de denegar cobertura en base a condiciones preexistentes”. Y The New York Times,explicando la estrategia de Karen Ignagni, añadía que “en lugar de limitar las negociaciones, su estrategia consiste en impulsar cambios asumibles para las compañías aseguradoras con la esperanza de dejar sin efecto las injerencias del Gobierno.”

El reportaje más importante sobre política sanitaria acaba de aparecer este agosto en Los Angeles Times bajo el título “Obama da al potente lobby farmacéutico un asiento en la mesa de la salud”. Y basta con leerlo para que nos pongamos a llorar, o para que nos rechinen los dientes con ira o preocupación por las consecuencias que puede acarrear para nuestros seres queridos – o para los seres queridos de las personas que nunca conoceremos.

Durante su campaña del año pasado, Obama criticó a las grandes empresas farmacéuticas que intentaban impedir que Medicare negociara precios más bajos para los medicamentos. Pero desde las elecciones, informa Los Angeles Times “el jefe del grupo de presión de la industria” – el ex congresista Billy Tauzin – “se ha metamorfoseado en la pareja del Presidente. Ha sido invitado a la Casa Blanca una media docena de veces en los últimos meses. Y ha declarado que finalmente se ha llegado a un acuerdo que asegura que la administración no intentará anular la política que había criticado a Obama en la campaña sobre Medicare y los medicamentos. ”

Pero la historia no acaba aquí, sino que empeora. Por ejemplo, “Tauzin dijo que no sólo la Casa Blanca se ha comprometido a renunciar a que Medicare negocie los precios de los medicamentos a la baja, sino que tampoco se mantendría otra propuesta que Obama apoyó durante la campaña electoral: la importación de medicamentos más baratos de Canadá o Europa.”

Mientras tanto, las compañías aseguradoras se relamen de gusto: se perfila en el horizonte la obligación de exigir que todos los americanos tengan un seguro sanitario – no importa cuan triste sea la calidad de la cobertura que represente, ni cuan inasequibles sean las “asequibles” primas que deba pagar la gente real en el mundo real. El seguro obligatorio implicaría “desviar miles de millones adicionales a las aseguradoras privadas, y los estadounidenses de clase media se verían obligados a contratar pólizas de estas empresas con tantos vacíos y lagunas como las que actualmente condenan a millones de pacientes asegurados a la ruina financiera”, según se afirma en una carta firmada por más de 3.500 médicos a favor de un Plan Nacional de Salud y que dieron a conocer la semana pasada.

También hace unos días un titular del New York Times   daba la noticia de que se estaba creando un nuevo “consenso” y un “terreno común” en el Capitolio. De paso, el artículo mencionaba que los legisladores “se estaban poniendo de acuerdo sobre la necesidad de ofrecer subsidios federales para ayudar a que todas las personas con ingresos modestos pudieran acceder a un seguro de salud. Para la gente pobre, se ampliaría Medicaid.

Este escenario supone la expansión de los ghettos sanitarios a nivel nacional. Las tasas de reembolso de Medicaid para los proveedores de servicios médicos son tan escasas que ser “paciente Medicaid” es a menudo sinónimo de alguien que no puede encontrar personal sanitario dispuesto a atenderle.

Pero entonces, ¿qué pasa con “el plan público” que permitiría al gobierno ofrecer un servicio de salud alternativo a los seguros-mercancía de las empresas que actúan con fines de lucro? “Bajo la presión de la industria y sus grupos de interés, el plan público de salud se ha ido diluyendo hasta convertirse, si sobrevive, en una opción menor e ineficaz”, declara John Geyman, profesor emérito de medicina de familia de la Universidad de Washington.

La opción del plan público “poco podría hacer para mitigar los daños de una reforma que perpetúa el papel dominante de las compañías de seguros privadas”, según denuncia la carta de los 3.500 médicos. “Para que la opción pública tuviera suficiente fuerza debería contar con un 90 por ciento de los recursos públicos disponibles para sanidad. Y una opción pública más amable y suave fracasaría rápidamente en el mercado sanitario donde la competencia implica una carrera hacia un mínimo de atención, no hacia un máximo, ya que las compañías aseguradoras compiten por NO pagar la asistencia. ”

Si bien los resultados de la política sanitaria parecen bastante sombríos, los supuestos imperativos políticos alientan a los líderes demócratas del Capitolio a conseguir una victoria que el Presidente Obama pueda presentar como reforma de la atención sanitaria. Analicemos esta frase de “un demócrata” publicada en la edición del 10 de agosto de la revista Time: “Se aprobará alguna legislación bajo el nombre de “reforma sanitaria”. Las consecuencias políticas de que algo así no suceda serían demasiado importantes.”

El resultado más probable va directo a la catástrofe.

Norman Salomon

Norman Solomon, es co-presidente de la campaña nacional Healthcare NOT Warfare y autor de diversos libros, entre ellos “War Made Easy: How Presidents and Pundits Keep Spinning Us to Death.” Para más información: www.normansolomon.com

Fuente: truthout. Visto en Dempeus

Traducido del inglés para Dempeus.

 
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Publicat per a 7 Agost 2009 in Salut

 

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Carta abierta a Barack Obama sobre el sistema público de salud

canadian-health-coalition.jpg(Ottawa, ON)  En una dura carta abierta al Presidente Barack Obama Michael McBane, Coordinador Nacional de la Canadian Health Coalition, denuncia al Dr. Brian Day, ex presidente de la  Canadian Medical Association (CMA), y a un grupo conservador que financia  anuncios en la televisión contra la reforma del sistema de salud.

“Pedimos al Presidente Obama que escuche al gran número de personas del Canadá que valoran y dependen de nuestro sistema público de salud y no a  Brian Day y sus amigos que sólo quieren beneficios,” dice  Michael McBane.

El Dr. Day, cuya clínica quirúrgica privada en la Columbia Británica está siendo investigada por prácticas ilegales, aparece en un anuncio en la TV americana patrocinada por Conservatives for Patient’s Rights (CPR).  ( http://www.cpractionfund.org/). Dicho anuncio forma parte de una campaña contra el plan del Presidente Obama de revisar el sistema sanitario. En dicho anuncio el Dr. Day – uno de los más fuertes partidarios de privatizar el sistema de salud público de Canadá –  explica los supuestos horrores de los programas de salud del gobierno.

medicare-privatization.jpgLa organización conservadora CPR que patrocina la campaña  fue fundada por Rick Scott, el desacreditado ex-propietario de Columbia/HCA, una de las mayores compañías de seguros privadas del mundo. En 1997, la junta de dirección tuvo que destituirle del cargo que ostentaba al estallar el mayor escándalo por fraude en la sanidad de los Estados Unidos. La compañía tuvo que pagar multas por valor de 1.700 millones de dólares al descubrirse que sobrefacturaba sus servicios sanitarios al Estado y a los gobiernos federales.

El slogan de su campaña – ‘Poner los Pacientes en Primer Lugar’ – está copiada de la industria farmacéutica y significa en realidad ‘Poner los Beneficios en Primer Lugar’.

“No debería permitirse al Dr. Day ni a  Rick Scott que hablaran por las personas que necesitan y merecen un servicio de salud de calidad,” ha declarado  McBane.  “Queremos que el  Presidente Obama entienda los beneficios del sistema público de salud del Canadá.”

En su carta abierta  McBane señala algunas diferencias importantes entre los sistemas que rigen en Canada y en los Estados Unidos. En este sentido, dice:

protect-medicare.jpg“Señor  Presidente, sabemos que está profundamente preocupado por los  46 millones de americanos que no tienen cobertura médica.  Nos enorgullece decir que en Canadá existe un sistema de cobertura universal. Los canadienses vivimos tres años más que los americanos y nuestra tasa de mortalidad infantil es un 20% menor.  Canadá destina un 10% de su PNB al sistema sanitario, cuando en los Estados Unidos este porcentaje es del 15.3%, y en general, disponemos de más servicios. Desde un punto de vista económico, el sistema público del Canadá tiene menores costes, debido a los altos precios administrativos del sistema altamente privatizado de los USA.”

McBane sigue pidiendo al Presidente Obama que tenga en cuenta el alto grado de apoyo de los canadienses a su sistema público de salud. Y en este sentido dice:  “Los canadieneses reconocen que nuestro sistema siempre será perfectible, pero quieren de manera abrumadora que mejore el sector público, no las compañías privadas movidas por el beneficio privado. Nuestros dos países necesitan unirse para defender la atención pública de salud a ambos lados de la frontera y proteger el derecho de las personas a la salud lejos de los médicos y las compañías de seguros que se mueven por dinero.”

“Es chocante para nosotros que el Dr. Day, ex- presidente del CMA, participe en una campaña que pretende frustrar l los esfuerzos del pueblo estadounidense para garantizar su derecho a la atención médica  tergiversando la realidad sobre el Canadá. Con ello viola las obligaciones éticas de la profesión médica, a saber, el compromiso con la evidencia, y evitar los conflictos de intereses.”

“Las personas del Canadá y de los Estados Unidos necesitan más sector público de salud, no menos. Los mercados privados y la competitividad comercial empeorarán las cosas, y no las mejorarán.”

La Canadian Health Coalition es una organización a-partidaria, sin ánimo de lucro, dedicada a proteger y expandir el sistema de salud público canadiense en beneficio de toda la ciudadanía del Canadá.

Michael McBane
Coordinador Nacional de la Canadian Health Coalition
Ottawa, Canada
(613) 277-6295
www.medicare.ca

 
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Publicat per a 10 Mai 2009 in Salut, Serveis Públics

 

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