Intervención de Clara Valverde en la jornada de la Coordinadora d’Usuaris de la Sanitat (CUS) “La sostenibilidad del Sistema Públic de Salut: de qui o de què depen?”,
Barcelona, 26 de marzo del 2009
Hola, soy Clara Valverde, ex-profesora de enfermería, escritora especializada en bio-política y presidenta de la Liga SFC (Síndrome de la Fatiga Crónica). En el pasado, trabajé en el Ministerio de Salut del Québec y en el Departament de Salut de la Generalitat. Mi pregunta a los ponentes de esta jornada es: ¿Cómo se puede sostener lo insostenible?
Tengo que admitir que el profesor Pere Ibern i Regàs tiene razón cuando nos ha dicho, hace unos minutos, que para utilizar palabras como “privatización”, “co-pago” y “sostenibilidad”, en relación al sistema de salud, se necesitaría cambiar el marco de actuación. Y, aunque Ibern nos quiere censurar al decir que la utilización de esas tres palabras “secuestran el debate”, lo de que se necesita un marco diferente es muy cierto, aunque seguramente no nos referimos a lo mismo.
El marco en el que Isbern y el resto de los ponentes en esta jornada actúan, como agentes directivos del sistema sanitario de Catalunya, es el de los Nuevos Modelos de Gestión (NMG). Estos modelos implican que más de la mitad del presupuesto para la sanidad pública en Catalunya va a proveedores tales como los consorcios, fundaciones sanitarias, EBAs y otras modalidades de gestión privada. El porcentaje exacto no es fácil de determinar por la falta de transparencia que rige esta privatización en cubierta. Estos Nuevos Modelos de Gestión aseguran de que la salud sea, en estos tiempos de “desaceleración”, uno de los pocos negocios rentables.
¿Cuáles son los problemas con estos Nuevos Modelos de Gestión?
Muchos, pero para mencionar algunos podemos decir:
– Que están regidos por las leyes de la gestión privada (con lo cual no tienen que rendir cuentas a la ciudadanía).
– Que los costes de las concesiones administrativas las pagamos los ciudadanos con impuestos, pagos más allá de lo que se necesitaría en una sanidad realmente pública.
– Que separar los compradores de los proveedores es ineficaz (Wall) y reduce las posibilidades de que el proceso sea transparente.
– Que la razón de ser de los Nuevos Modelos de Gestión es crear beneficios para los propietarios y gestores de los consorcios, fundaciones, etc y que para hacer eso, la manera más fácil es recortar la plantilla (Baquero 2008). Eso tiene un efecto drástico sobre la calidad de los servicios sanitarios. (Hay un interesante estudio europeo en el que participó la Universidad de Barcelona, en el que se estudiaron las condiciones de trabajo de los profesionales de enfermería en relación a los modelos de gestión utilizados. Para España se investigó el Hospital del Mar de Barcelona. Los efectos negativos de la gestión “mixta” de ese hospital se vieron muy fácilmente http://www.profknow.net/ ). También la Organización Mundial de la Salud, en su Informe del Estado de Salud 2006, dice que estos modelos de gestión rebajan la calidad del servicio sanitario, aumenta la mortalidad y las infecciones hospitalarias.
– Que sacan dinero de las arcas públicas para dárselas a las empresas privadas (Sánchez Bayle 2008).
Tal desmantelamiento de la sanidad pública no es, obviamente, sostenible. Pero, ¿cómo podría serlo cuando no hay transparencia? La palabra “transparencia” es una que se ha utilizado mucho hoy y que se utiliza constantemente en el Informe Vilardell (2005), el que el Gobierno Catalán quiere ahora resucitar para acelerar la privatización del sistema sanitario (aprovechando que estamos todos un poco atontados con eso de “la crisis”). Cuando una palabra se utiliza mucho (esto lo sabe el subconsciente del Sr Ibern), es que hay un problema.
La retórica es la mejor arma de estos nuevos gestores. Como en todas las ponencias de hoy, se utiliza la frase “ es que ha aumentado la demanda y hay menos oferta”, justo antes de implantar la privatización. Cuando la población ya se cree esa frase, el desmantelamiento de la sanidad pública para entregársela a las corporaciones en bandeja, es muy fácil añadiendo a la retórica expresiones como “eficacia” y “eficiencia”. Sí, en los nuevos modelos de gestión sanitaria hay eficacia y eficiencia, pero para crear beneficios para los directivos. (¿Cuántos ex -directores generales del Catsalut son ahora directivos de algún Consorcio Hospitalario? No debe ir mal el negocio). Pero no es eficaz para la salud de la población (Ruane 2005) y es para eso que existe un sistema sanitario o ¿ya lo habíamos olvidado?
¿Cómo va a ser sostenible un marco que está dirigido por gestores como la Sra Roser Fernández i Alegre, Directora General de la Unió Catalana d’Hospitals, que nos ha dicho muy directamente hoy, que unos de los problemas del sistema sanitario es el “abuso moral” que hacen los pacientes de tal sistema? (Claro que no ha sido la única ponente que culpabiliza a los pacientes de la situación deficiente del sistema sanitario. Los Sres Ramón Cunillera i Grañó, Director General de Gestió del Consorci Hospitalari de Catalunya y Miquel Argenter i Giralt, Director de l’Àrea de Recursos del Catsalut, también han lanzado este tipo de insinuaciones).
No, la gestión que se está llevando a cabo ahora de nuestro sistema sanitario no es sostenible ni bueno para la salud.
Gracias.
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