AQUI puede clickar para leer la intervención de hoy de Gaspar Llamazares en uno de los días más tristes de la democracia en España, ya que el Congreso de diputados ha aprobado tramitar la reforma constitucional con los votos PSOE, PP y UPN en un pleno extraordinario. Han votado a favor 318 “señorías” que no han querido ni rebelarse ni atender los más mínimos requisitos de legitimidad democrática, 16 en contra (de IU, ICV, ER, NB, BNG, PNV, UPyD y el socialista Antonio Gutiérrez) y 2 abstenciones. Las señorías aprobantes están a favor de reformar la Constitución como pide Angela Merkel y autoflagelar la soberanía económica con una disciplina presupuestaria que debería ser un mero instrumento, un recurso más, y que han convertido en dogma supremo. Entre otras afirmaciones, Llamazares ha dicho: “Como parlamentario me rebelo ante una iniciativa que me ningunea, ante una iniciativa que prescinde de mi autonomía política y que prescinde además de mi derecho de participación política. Vulneran ustedes también un principio fundamental de la Constitución: el derecho de participación y representación política de los parlamentarios.” Y ha acabado con estas palabras: “Ustedes se están poniendo del lado de la usura. Señorías, ese no es el papel de la ciudad, ese no es el papel de la democracia.”
Pero no se querían escuchar las verdades de Llamazares porque la mañana de hoy ha sido, por parte de los partidos mayoritarios, un ejercicio de hipocresía y de mentiras. Mienten PSOE y PP cuando dicen que la disciplina presupuestaria elevada a rango constitucional preservará el Estado de Bienestar y las conquistas sociales. Mienten cuando aseguran que “despeja incertidumbres”. Mienten cuando repiten que es la única manera de generar confianza en la economía española… ¿cómo puede generarse confianza en la economía española cuando la mayoría de sus señorías NO están dispuestos a defender a la mayoría de la población y abdican de la capacidad de utilizar –hasta donde haga falta y sea preciso– las políticas económicas que generan empleo, inversión, servicios públicos como los de enseñanza y sanidad? ¿Cómo puede nadie (y mucho menos “los mercados” confiar en quien no tiene palabra? ¿Cómo se atreven a afirmar que su traición es una salida real de la crisis cuando se empecinan en agravar los errores de diagnóstico y gestión que aumentan las desigualdades hasta el escándalo?
Muy triste, tristísimo, el discurso del protavoz del PSOE, y patética la intervención de Soraya Sáenz de Santamaría por el PP.
Del menguado lado de los “rebeldes”, Joan Ridao por ERC y Gaspar Llamazares, por IU-ICV han ratificado su rechazo a la reforma de la Constitución pactada entre PSOE y PP para imponer un límite de déficit público porque consideran que concede la soberanía española a los mercados con una medida que es “innecesaria, sobreactuada e ideológicamente muy peligrosa”, suponiendo el “golpe de gracia a una salida social de la crisis”. Y han insistido en que se trata de un procedimiento que deja “al margen los ciudadanos” y los propios grupos parlamentarios, que a su juicio son tratados como “ovejas” por las dos formaciones mayoritarias. No se pierdan estas palabras de Gaspar Llamazares.
Texto íntegro de la intervención, AQUI.
Punts de Vista 
marisol
30 Agost 2011 at 18:11
Una vuelta de tuerca más en la espiral de la mentira institucionalizada consiste en darle cuerpo de doctrina, porque igual iban a hacer lo mismo de negro, pero al aprobarlo en el Parlamento lo harán con papeles. Acabamos de entrar en el pasado y esto es Arias Navarro: españoles, la democracia ha muerto.
marisol
30 Agost 2011 at 18:33
Donde Llamazares dice: de esta manera no, y lo que les propondría es un “rapto de dignidad”…, supongo que quiere decir un “rasgo de dignidad”; eso tiene que se run lapsus, ¿no?; porque le estoy dando vueltas y bien ahí faltan teclas, o se dice una cosa por la otra; si les hubiera llamado primero secuestradores de dignidad, todavía lo entendería; entendería lo del rapto. Pero Llamazares no tiene por qué meterse a raptar nada; es lo más honrado que nos queda en el convento ese.
Rubén
30 Agost 2011 at 18:56
Cuando los ciudadanos votaban a estas personas que hoy se sientan en el Congreso, ¿les estaban otorgando su confianza para hacer esto? No solo deberían haberse rebelado los diputados, también, y especialmente, toda la ciudadanía.
Sí, hoy es un día muy triste para la democracia. Nos queda solamente seguir luchando para evitar que quienes realmente nos gobiernan sigan arrastrándonos por este camino de pobreza e ignominia.
Isabel
30 Agost 2011 at 20:51
Sóc humana i en aquests moments estic enfonsada. Era de preveure que es sortissin amb la seva però realment li han donat un cop de mort a la poca democràcia que teniem.
Suposo -ja hi ha alguna reacció d’aquestes rates, les agències de calificació i la resta, posant “bona nota” a aquesta decisió- que pel mig ha hagut molta pressió, xantatge fins i tot perquè anàvem pel camí de Grècia. Els diaris econòmics, el FT, han anat plens aquest mes d’agost. Pero foren quines foren les amenaces el que s’ha fet -jo ho entenc així- és entregar la sobirania del país i els seus ciutadans en mans de quatre formacions econòmiques que van camí d’assolir el control total. Segurament, a altres paisos els hi pararan els peus, però no aquí. Realment, comparteixo el que alguns estan dient: “Señores, la democracia ha muerto”.
Jose
30 Agost 2011 at 22:42
Estoy de acuerdo con Marisol, la democracia ha muerto. Aunque no me sorprende después de las lindezas que dijo Javier Pérez Royo : ““Pongamos que se convoca un referéndum y sale que no. Ahí transmitiríamos el contramensaje más fuerte que podemos transmitir. Si pasara eso, no me querría imaginar con qué prima de riesgo iba a colocar España su deuda”. Franco no lo habría expresado mejor. Eso sí después presumen de ser demócratas de toda la vida.
En fin si no hay democracia esto es una dictadura y contra eso sólo queda la opción de levantar barricadas (según el diccionario especie de parapeto que se hace, ya con barricas, ya con carruajes volcados, tablas, palos, piedras del pavimento, etc., usado para estorbar el paso al enemigo, más frecuentemente en las revueltas populares que en el arte militar). Eso si que sean barricadas pacíficas, por favor.