El “golpe” de los muy ricos y prepotentes (del Tea Party a Artur Mas) y la necesaria respuesta

Mientras NO esperamos el Papa, George Monbiot publicaba ayer en The Guardian un artículo sobre la ira despertada por el engaño y el atraco realizado por los multimillonarios de los USA que la cadena FOX justifica dando alas al Tea Party y logrando convencer a los estadounidenses más pobres que actúen en contra de sus propios intereses… y en Catalunya sucedía algo parecido. También en la rueda de prensa de Artur Mas en persona -e intervenciones posteriores, en especial la de Dolors Camats- quedaba claro que hay dos formas de reducir el déficit: o aumentar los impuestos o reducir el gasto. Y que lo primero significa que los ricos aporten parte de su dinero, mientras que la reducción del gasto (que tiene mucho de inversión aunque en lenguaje keynesiano se denomine así para diferenciarlo de la Inversión directa) significa tomar el dinero de los pobres para que los muy ricos aumenten sus patrimonios y sus ingresos.

Esta regla, como todas, tiene excepciones: hay impuestos regresivos, y también hay incrementos del gasto que no aumentan el bienestar sino que van directamente a las arcas de los bancos, de las compañías de armamento, a incrementar la riqueza de los magnates (del petróleo, por ejemplo) o a los grandes agricultores y latifundistas (entre los que en España se cuenta “nuestra” Duquesa de Alba). Pero, hasta la fecha y en la mayoría de los casos, para que el capitalismo permita una mínima supervivencia para una gran parte de la población, el Estado tiene como una de sus funciones esenciales la redistribución de la riqueza, lo cual supone transferir renta de ricos a pobres porque el capitalismo sin regulaciones es el reino de las desigualdades crecientes y amorales, hasta su propia destrucción.

Así, tanto en Catalunya como en los Estados Unidos (como en todo el mundo occidental) los ricos, en una democracia nominal, tienen que convencer al otro 99% de la población para que voten en contra de sus propios intereses. Y esto significa que, en lugar de aumentar los impuestos para los más ricos, no se opongan en reducir el tamaño del Estado –sobre todo en la parte que les presta servicios a ellos– apoyar los recortes del gasto –lo cual significa dejar de percibir ayudas sociales, o menores servicios de salud, de enseñanza, etc. Es decir, que voten, contra sus intereses, las políticas que les perjudican.

En los EE.UU. esta comida de coco ha tenido mucho éxito… y en Catalunya, también. Yo no sé, por ejemplo, de qué se reían los consellers y conselleres ayer (será que se ha pegado lo de “dientes, dientes” que decía la Pantoja) ni el sonriente triunfalismo de Artur Mas aceptando su transmutación definitiva en un Manostijeras al uso, pero la promesa de que el ajuste se prolongaría (si no lo remediamos) un par de años más, merecía –ni que fuera por respeto a las personas que lo sufren– otro semblante y otra actitud menos prepotente y estulta. Decía Mas que el Presupuesto del 2012 que se está elaborado, también “será de contención” y que “muchas alegrías no habrá, puesto que los años más duros son 2011 y 2012, y espero y confío que a partir de 2013 podrá haber alegrías mayores”…. Espera y confía, pero no asegura. Ni puede hacerlo, porque con la política que se realiza en Washington (y en Madrid, y en Barcelona) no salen de la crisis los que la padecen. Pero Mas quiso incluso mostrarse ocurrente jugando con su triple compromiso de las tres a: austeridad, adelgazamiento y agilidad, que recae, injustamente, sobre las personas más débiles.

Otra semblanza entre los USA y Catalunya: como resultado de los recortes fiscales de Bush de 2001, 2003 y 2005 (vergonzosamente extendida por Barack Obama), los impuestos de los ricos estadounidenses, “están en su nivel más bajo en medio siglo” y la consecuencia es un nivel de desigualdad desconocido en otras naciones desarrolladas. Como el premio Nobel Joseph Stiglitz señalaba hace poco en un magnífico artículo, en los últimos 10 años los ingresos de la población más rica que forma el 1% se ha incrementado en un 18%, mientras que la de los obreros varones se ha reducido en un 12%.Y ese es el camino que ya se ha emprendido en Catalunya, a pesar de que aquí no parece tan evidente que exista un movimiento ultraconservador y parafacista como el Tea Party, que se pone al frente de estas políticas jaleado por la FOX. Pero en realidad el movimiento del Tea Party se compone principalmente de personas que se ven afectadas negativamente por los recortes de impuestos para los ricos y los recortes de gastos para los pobres y medios. ¿Por qué se movilizan en contra de su propio bienestar? No precisamente por la dimensión del gasto federal. El movimiento comenzó con una llamada de Rick Santelli a la CNBC protestando por el plan de Obama de “subsidiar a los perdedores.” En la misma se pedía que los financieros se movilizaran en contra del rescate de sus víctimas, de las personas que habían perdido sus hogares. El mismo día, un grupo llamado Americans for Prosperity (AFP) abrió una página de Facebook y comenzó a organizar las protestas del Tea Party, financiados por Charles y David Koch, los propietarios de las Koch Industries de petroleo, gas, minerales, madera y productos químicos. En los últimos 15 años los hermanos han invertido al menos $ 85 millones en los grupos de presión para conseguir impuestos más bajos para los ricos y menores regulaciones para la industria, incluida la destrucción de la negociación colectiva y acabar con los sindicatos. Han cabildeado contra las leyes de reducción de las emisiones de carbono, para bloquear la reforma del sistema de salud y perjudicar los intentos de controlar a los bancos.

¿Quiénes son en España y en Catalunya los hermanos Koch? ¿Quiénes forman la AFP española y el Tea Party? Seguramente nos vienen muchos nombres a la cabeza, basta con repasar las listas de las “comisiones de sabios” (así los llaman) o los invitados a las reuniones con el Presidente de Gobierno cuando necesita “tranquilizar a los mercados”. Nuestro Tea Party existe, y forma parte de los organismos asesores más íntimos de los gobiernos. Se dice de ellos que son “los mejores” cuando de hecho son lo más nocivo y perjudicial para la sociedad y la economía. Son los instigadores de esta especie de golpe de estado contra la democracia, porque si hay que buscar un símil más, ni Obama, ni Zapatero ni Mas llegaron al poder con los programas de ajuste que ahora aplican…

Por suerte, ayer se demostró nuevamente en las calles, en los ambulatorios que no se cierran digan lo que digan los recortes, en el trabajo constante, amplio, plural y no excluyente para lograr una alternativa de vida y democracia REAL, que el espíritu de resistencia y propuesta alternativa de Sol, Plaça Catalunya, de defensa de la salud pública, y de tantos lugares del planeta, ha venido para quedarse.