Los negocios opacos de la salud

En Catalunya hemos empezado a tirar de la manta para dejar al descubierto las vergüenzas de cómo en el sistema público de salud se pervierten derechos humanos y de ciudadanía para enriquecimiento de unos pocos privilegiados. Hoy se suma a la denuncia Josep Callol en el Diari de Girona, explicando cómo un reducido grupo de personas se intercambia desde hace años los cargos públicos y privados del ente sanitario.

Callol, que es Jefe de Redacción de Comarcas y Política del DdG, inicia su texto haciendo un poco de historia, y así explica que “el modelo sanitario catalán de proximidad al ciudadano se creó y desarrolló durante los gobiernos de Jordi Pujol. Permitió que se tejiera una red de empresas privadas proveedoras de la salud, algunas de ellas con personas cercanas al partido o antiguos altos cargos públicos”. Callol nos habla del gran interés de los primeros gobiernos de CiU por “construir una red de atención sanitaria en Catalunya extendida por todo el territorio y lo más cercana posible a la ciudadanía”, aunque este proyecto, ya entonces, supuso fuertes tensiones para su financiación con el Gobierno español. Nos cuenta: “La situación era tan tensa que en septiembre de 1985 el hospital de Blanes no podía hacer frente al pago de las nóminas de los trabajadores. En aquellos momentos se habían hecho las transferencias del sector sanitario, pero Catalunya aún dependía de las inyecciones de dinero del Estado.” El govern de Jordi Pujol reclamaba más por el déficit del ICS (Institut Català de la Salut) -que en 1984 era de casi 12.000 millones de pesetas. Pero sólo fue un comienzo, porque el déficit de toda la sanidad catalana entre 1981 y 1986 llegó, según Callol, a los 45.000 millones de pesetas.

Las tensiones por la financiación se mantuvieron hasta finales de la década y una vez solucionadas, la Conselleria de Sanitat tuvo finalmente camino libre para ejecutar su plan: la creación de la red de hospitales comarcales y centros de atención primaria que “se estructure a través de las regiones sanitarias y que esté dotada de recursos suficientes para atender a la población”, según declaraba X. Trías en juliol de 1990 . A partir de ese momento el discurso constante de Jordi Pujol fue el de mostrar el orgullo del modelo en cada una de las inauguraciones a las que asistían. Un modelo que intenta conseguir más tarde que estos centros sean de salud, no sólo de asistencia. Callol nos recuerda diversas declaraciones de Xavier Trías en este sentido cuando era conseller de Sanitat de CiU, para a continuación denunciar que (aun siendo del mismo partido), el modelo sanitario que quiere aplicar ahora la Generalitat con Artur Mas es totalmente antagónico. El primer discurso de CiU está, en opinión de Callol, muy alejado de los cierres nocturnos de los centros y de los recortes que debe soportar el sector.

Sin embargo, tampoco en tiempos de Pujol todo era ejemplar. Nos dice Callol: “Poco a poco se fue tejiendo una red empresarial en torno a todos estos nuevos servicios tan cercanos al ciudadano que en buena parte estaba formada por amigos de Pujol, fundadores de Convergència o antiguos altos cargos del partido. Personajes que con sus empresas se iban convirtiendo en proveedores de centros sanitarios, gestores de hospitales o directivos de organizaciones asociativas del sector.”

Seguramente ayudó en esas maniobras que con CiU empezaran las divisiones en el sector sanitario, creándose las dos grandes ramas del Departament de Salut de la Generalitat: el Institut Català de la Salut (ICS) y el Servei Català de la Salut (CatSalut). El ICS gestiona los ocho grandes hospitales de Cataluña -los considerados de referencia, como el Josep Trueta-y 285 equipos de atención primaria, además de muchos otros servicios que lo convierten, según explica su web, “en el proveedor público de servicios sanitarios más grande de Catalunya”. Por su parte, el CatSalut debe garantizar la prestación de los servicios sanitarios a toda la población. Para cumplir su objetivo de “aseguradora pública” “compra a varios proveedores, mediante contratos”, según especifica su página web. La gestión del 80% de la atención primaria, muchos de los hospitales extendidos por toda la geografía catalana (la mayoría de los cuales comarcales) y diversos servicios especializados se cubren mediante 39 proveedores, entre ellos el ICS, 10 empresas públicas y 13 consorcios.

Sigue explicando Callol: “El modelo facilita que decenas de sociedades privadas abastezcan este conglomerado gigante. Y no es de extrañar que entre los proveedores de la sanidad catalana haya habido, durante años, personas como Carles Sumarroca (fundador de Convergència Democràtica) a través de los laboratorios General Lab, o Ramon Bagó, presidente del grupo Serhs, ex alcalde de Calella y ex director general de Turisme por CiU, Jaume Roma, ex conseller de Política Territorial con Jordi Pujol y que había formado parte de CODEH, una consultora de hospitales que tenía contratos con Salut, o Josep Maria Via, ex secretario del Govern y ex-alto cargo de Salut que estaba presente en varias empresas adjudicatarias del departamento, tal como ya se ponía de manifiesto en varios reportajes publicados por el Diari de Girona en enero y febrero del 2005.”

Llegamos ahora al año 2004 cuando se produce el vuelco electoral y se forma el primer Govern catalanista i de esquerres. El PSC, con Marina Geli al frente de la conselleria de salut tanto con Maragall como con Montilla, apenas cambió nada substancial en opinión de Callol, aunque sí toma una decisión que será fundamental para cuando CiU recupere el gobierno; la conversión del ICS en empresa pública. Según fuentes consultadas por Callol, ésta es la semilla que permitirá a CiU trocear el ICS en pequeñas partes, un proyecto que hay quien dice que es la privatización prácticamente total del sistema. Las mismas fuentes explican que CiU ya tenía en mente la conversión del ICS en los últimos años los gobiernos Pujol pero que no se atrevió a hacerlo. En todo caso, Artur Mas y Boi Ruiz aprovechan la puerta abierta por el govern de Montilla con Marina Geli al frente de la Conselleria de Salut.

Textualmente, de nuevo: “El proyecto de ley de la reforma del ICS se aprobó en marzo de 2006. En aquel momento ya contaba con la oposición de los sindicatos, que lo veían como un primer paso hacia la privatización del servicio. El proceso culminó en julio de 2007 con la aprobación de la ley. Esto sucedía en los primeros años del tripartito, pero los recortes sanitarios tampoco son exclusiva sólo del nuevo gobierno de CiU. El cierre nocturno de centros de atención primaria, una de las medidas que más rechazo han generado los últimos meses, se inició de hecho en la última etapa de la socialista Marina Geli al frente de Salut. (…)”

Callol nos recuerda finalmente los últimos acontecimientos: los reportajes de Alfons Quintà publicados en el DdG, la denuncia presentada por la CUP de este municipio a la fiscalía de la Audiencia Nacional que propició la dimisión de Prat de dos de sus cargos, pero no del de la presidencia del ICS, y nos dice que, en su opinión, “muy probablemente el caso de Prat ha abierto la caja de los truenos de las posibles incompatibilidades dentro de la sanidad catalana ya que la Oficina Antifrau ha decidido abrir una investigación de oficio, no sólo a Prat, sino también a Ramón Bagó, que compagina la presidencia del holding Serhs (contratista de Salud) con el cargo de consejero del Consorci de Salut i Social de Catalunya -anteriormente Consorci Hospitalari de Catalunya (CHC).” (el Consorci es una entidad pública que agrupa 44 hospitales concertados por la Generalitat).

El artículo acaba (aunque la investigación, la indignación y la denuncia popular siguen y crecen) explicando que el debate ha llegado también al Parlamento a través de preguntas presentadas por el grupo ICV/EUiA y la solicitud de comparecencia del conseller de Salut que ha pedido Ciutadans.